【 Capitulo 216 】Tan solo un titere...pero uno muy bien hecho

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Al notar toda la hostilidad que flotaba en el aire, Diyagore no pudo evitar levantar su mano derecha y comenzar a formar un pequeño sol de potente energía.

-Es suficiente...criatura infernal, acabaré con tu sufrimiento de una sola vez-.
Bajo la mirada atenta de Saharam, aquella guerrera salvaje de complexión fornida y rostro hermoso cargo su habilidad con una gran cantidad de poder tal, que incluso una onda de presión comenzó a hundir el suelo cerca de ella.
-Desaparece y deja de existir...
¡¡¡SOL PURIFICADOR!!!-.

¡!

Pero justo antes de que Diyagore pudiera lanzar su ataque.....

¡¡¡¡GRUUUUUMMMMMMMMM!!!

Se escucho un fuerte temblor, lo suficientemente fuerte como para que un mal presentimiento la hiciera voltear.

Detrás de ella, otra criatura demoniaca corría a gran velocidad hacia ellos.

Dirigió su vista a Devoured y luego a ese demonio.

-¡!-.
Los demás también se dieron cuenta de esto, pero no pudieron reaccionar a tiempo.

El segundo monstruo tenía un cuerpo más humanoide, con extremidades alargadas pero ligeramente musculosas, sus dedos eran largas garras oseas de aspecto filoso, tenía una complexión fuerte pero veloz, carne tonificada era cubierta por placas de huesos y espinas negras.

Su cabeza era solo un cráneo sin cuencas ,tenía una gran boca de la cual brotaban varios colmillos y tentáculos grotescos.

Al no tener ojos, no había forma de que la guerrera pudiera ver expresión alguna en el...solo podía guiarse por la fuerte presencia hostil que imponía.

Aquel demonio era más grande que ella, media casi cinco metros y parecía estar ansioso por luchar.

Dudosa, no supo a quien dirigir su sol purificador, por lo que gruño y lo apunto de nuevo a Devoured.

-¡Maldita sea, háganse cargo de esa cosa mientras yo!, ¡¡!!-.
Quizo ordenarles, pero en un parpadeó sintió como todo su cuerpo se entumecia y un fuerte pinchazo de dolor se clavaba en su nuca.

Observó como todo el suelo se alejaba y se movía de manera borrosa, y comprendió que aquella cosa la había atacado a una gran velocidad.

Dejo caer su sol purificador, sin poder detener la potente explosión abrazadora...

Ni uno solo de los Titanes o demás guerreros pudieron preveer semejante cambio de velocidad en aquel demonio, y Diyagore salio volando hasta estrellarse con la muralla sur.

Tembló de dolor al atravesar la gruesa estructura, y su cuerpo choco una y otra vez mientras rodaba en el suelo fuera de la fortaleza.

¡!, Cuanta fuerza...

Si no hubiera sido por las cualidades de su cuerpo, era seguro que hubiera muerto por tremendo ataque.

Sendero primigenio #2Where stories live. Discover now