6. Touch me.

167 13 5
                                    

Tom.

Bill abrió la puerta de su departamento. Me había dejado entrar, después de lo sucedido hace un rato, mientras regresabamos, dijo que me dejaría quedarme con el, pero solo porque no sabría que carajos decirle a mamá si le preguntaba por mí.

- Puedes dormir ahí... Deja te traigo algunas mantas.

Su sofá era bastante amplio, así que dormiría bien seguramente, mientras Bill hacia aquello, prendi por un momento mi celular, y vi mil llamadas de mi madre, más mensajes los cuales no iba a contestar porque sabía claramente porque los mandaba. Así que simplemente la silencie.

- Acá tienes.

Las coloco en el sillón.

- Buenas noches...- Me dijo antes de darse la vuelta, y dirigirse a su habitación.

Me senté en el sofá, y me quite los zapatos. Después de hacer eso, solo me acosté y me quedé mirando el techo, era raro, pero aliviante tener la mente sin ningún pensamiento que me hiciera perder la cabeza y desear dormir por siempre. Era como un vacío, mi mente estaba vacía, pero no se sentía bien, realmente no. Tal vez porque me hacía falta tomar medicamentos, o tal vez solo me fatigaba el ambiente que sentía por mí interior. Me costaba entender sin la ayuda de alguien evaluandome, y dormir también era un reto, así que posiblemente me quedaría mirando el techo hasta que mi cuerpo se dignara a mostrar alguna muestra de sueño. Era asfixiante porque era cansado, y tal vez me muera a temprana edad si se siguen repitiendo las noches sin dormir.

Me puse a pensar en mi hermano, y en lo inocente que era ante todo lo que pasó durante nueve años. Aunque tal vez yo también estaba un poco ausentado de todo, pero estaba seguro de que él no había visto demasiado que le manchara la conciencia. Y luego me pasaba aquel pensamiento intrusivo de... Por qué no jugar psicologicamente. No ha visto demasiado que le manche la conciencia, por qué no mostrárselo... Ahí ya me estaba naciendo todo un escenario, como un cuento, pero sin final feliz, y sin ida a Disney.

Pero sí con buenos momentos, porque jamás faltan. Solo que de eso, en cuestión de segundos se vuelva todo lo contrario. Tanto que hasta habría desesperación con cada página que se lee. Se me había ocurrido todo aquello en cuestión de segundos, y gracias a eso pude consiliar el sueño tranquilamente. Tal vez es algo que escribiría en mi cabeza pronto.

. . .

Bill.

Me desperté, pero al tener un poco más de claridad sobre mi alrededor, podía deducir que era bastante temprano. Vi la hora en mi celular para verificar, y efectivamente... Eran las ocho de la mañana. Solo una hora para poder ir al instituto, pero no lo haría, realmente no quería.

Me levante ya que sabía que no podría dormir nuevamente, fui al baño e hice mis cosas habituales. Al terminar, salí fuera de mi habitación, olvidándome totalmente del hecho de que Tom estaba durmiendo en la sala, pero al salir, me sorprendió no verlo ahí... Me acerque al sofá. Las mantas que le había dado anoche estaban perfectamente dobladas, al igual que... Una maleta que me imagino le pertenecía, era enorme. Supuse que había salido, así que me dirigí a la cocina, y abrí mis ojos de par en par apenas vi un desayuno con muy buena pinta en el mezon.

Lo peor de todo... Es que era de mis comidas favoritas; paquecas con miel encima.

- ¿Te gustan?

Me sobresalte al escuchar una voz detrás de mí, me gire, y solo vi a Tom de brazos cruzados con una expresión amigable... Muy distinta, y diferente a las habituales que me daban una rara necesidad de correr, o de querer que te ahorque contra al colchón, cualquiera es buena opción.

𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦 ; TollWhere stories live. Discover now