Parte sin título 27

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POV DE CRYS.

Hay cosas del pasado que se te quedan grabadas en el alma, por meses y quizás años pasan ahí, removiendo cada día a cualquier hora ese dolor, pero al mismo tiempo te llevan a recapacitar y darte cuenta de lo malo y bueno que hiciste.

Los primeros meses fueron difíciles, tan difícil que mis notas en aquel internado bajaron en todas las materias.

Solía pararme en la ventana cada noche a llorar por todo, esperando que él viniera, que al no saber nada de mi hiciera de todo para buscarme, que apareciera como el príncipe que rescata a la princesa de ese encierro, pero Adiel nunca llegó, nunca me buscó, creo que nunca preguntó por mí.

Cuando las vacaciones llegaron no salí del convento, mejor dicho, Jack y mis padres me habían castigado de esa forma, dejándome encerrada los meses de vacaciones en el internado junto a las monjas.

Debo agradecerlos por eso, porque gracias al tiempo que no volví a ver a Adiel logré sacarlo de mi mente, y así el año siguiente me concentré de lleno al estudio.

Aun me quedaban dos años de bachillerato para lograr obtener unas buenas calificaciones y aplicar para una beca en aquella universidad. Con la ayuda de las monjas fue posible, ellas dijeron que había sido afortunada al ganarme la mitad de esa beca en tan prestigiosa universidad.

Después de salir del internado me vine directo a Yucán, y aquí emprendí mi nueva vida, hice nuevos amigos, conocí un nuevo país olvidando todo aquello que me sacó de Estaquía.

Desde que salí de dicho país no volví a contactarme con nadie de allá, lo que menos quería era que los recuerdos me llegaran.

Ahora tenía a Will delante de mí, pensé que jamás lo volvería a ver, pero el destino es tan hermoso, que lo volvió a tirar en mi camino.

—En serio Crys, estás hermosa—, se paró delante, me abrazó y suspiró, se apartó y me volvió a mirar —Es que no puedo creer que seas tú.

—Pues lo soy. Mira nada más que chiquito es el mundo, nos vinimos a encontrar en un país que no es el nuestro—, estábamos agarrados de la mano, moviéndola de un lado a otro y mirándonos fijamente —¿Vives aquí? —, Will recorrió la mirada y propuso.

—¿Quieres sentarte con nosotros? —, había algunos chicos, estás últimas me echaron una mirada desdeñosa.

—Creo que a tu ganado no le agrada esa idea—, sonrió con aquella sonrisa encantadora.

—Son mis amigas, a la tóxica que tenía ya la terminé hace algunos meses.

—Que ex tan adorable eres, ¿así tratas a tus ex?

—Menos a una, aquella con la cual duré solo veinte minutos...

Suspiré y pedí.

—No hables de esos tiempos, mejor hablemos de lo que surgió desde que no nos volvimos a ver.

—Ok, cómo usted ordene señorita.

—Te presentaré a mis amigos—, tomados de la mano nos dirigimos al lugar donde habíamos escogido para pasar la noche.

—¿Dónde te habías metido, Crys? —, acaricié con la palma de mi mano el rostro de Lander, parecía preocupado por la persona que me acompañaba, pero cuando le presenté a Will todos quedaron encantados.

Will se sentó junto a nosotros, olvidó a sus amigos y se quedó a mi lado para pasarla bien. Bailamos y bebimos, durante todas las horas que pasamos no lo vi fumar, aquello me dejó intrigada y de camino a casa no pude dejar de cuestionar, pues Will se ofreció a llevarme a casa.

Profesor AdielМесто, где живут истории. Откройте их для себя