—¿Será que Astrobola por fin va a realizar esa misión de la que tanto hablaba? Pero no me dijo nada, ni siquiera me pidió permiso antes de entrar en mi atmósfera… que grosero. Le diré a Tierra que eduque mejor a sus… ¿Qué? ¡Oh cielos! ¿Qué es eso?

Marte se quedó muy quieto al seguir experimentando sensaciones extrañas, pero esta vez no era algo doloroso sino todo lo contrario. Al concentrarse en esa sensación pudo percibir que algo, o mejor dicho alguien, se estaba moviendo en su superficie. Eran movimientos lentos y constantes, parecía que Astrobola se estaba desplazando afuera de su nave, y fue entonces cuando de golpe sintió una de las sensaciones mas maravillosas que jamás haya experimentado.

Sintió una conexión.

Desde lo más profundo de su núcleo pasando por su alma y dominando todo su ser, un lazo invisible tiró desde su interior y lo unió con el único habitante que había en su superficie. Entonces Marte por primera vez pudo sentir el aliento de la vida recorriendo su atmósfera. De pronto el tiempo se detuvo y el universo dejó de moverse, toda la atención de Marte estaba dedicada a Astrobola al sentir como el alma de ambos se había enlazado en un lazo de unión perfecto. Ahora podía sentir cada paso que daba, cada respiración de su aliento e incluso fue capaz de sentir los latidos de su corazón.

En ese momento no existían nadie más que ellos dos, solo eran Marte y Astrobola en el vacío del universo. Así, en tan solo un segundo, Marte fue capaz de comprender lo que era la sensación frágil y valiosa de poseer vida, el terríbola que se paseaba en su superficie ajeno a todo el enredo de emociones que estaba sintiendo era frágil, él caminaba y hacía sus cosas en total ignorancia y se sentía tan frágil, una pequeña vida habitando una superficie tan inhóspita y lo único que podía pensar Marte es que era demasiado frágil.

Se sintió paranoico por un momento de que algo malo le pasara pero se recordó asimismo que Astrobola no era tan débil, había sobrevivido muy bien en el espacio y salió bien librado de su accidente con Venus; no, por más que sintiera que la vida era demasiado frágil Astrobola iba a estar bien. Mejor debía concentrarse en lo valioso de ese momento, en cómo su conexión con Astro le permitían sentir el calor de la vida y el privilegio de ser un protector para él, ahora Marte solo quería hacer todo lo posible por cuidarlo y hacer de su estadía un lugar tranquilo, no quería que nada malo le pasara al terríbola que le dio el regalo de conocer la sensación de tener vida.

Durante los próximos días se dedicó por entero a hundirse en ese sentir tan maravilloso que le llenaba el alma y satisfacía su interior, sabía que Astrobola no lo habitaría por siempre así que lo mejor era disfrutar de esa conexión mientras pudiera, después de todo el pequeño solo era un explorador. Agradecía que Tierra no lo haya ido a buscar para jugar porque quería estar solo en ese tiempo… bueno, solo con Astrobola. Fueron días serenos en los que eran simplemente planeta y habitante, y Marte le había tomado a Astro más cariño ahora de lo que jamás le tuvo cuando andaba en el espacio.

Pero las sensaciones extrañas no se detuvieron ahí, en esos días Marte se dio cuenta de que sentía algo más que la presencia del terríbola. Le tomó tiempo darse cuenta de que Astro hizo algo en su superficie que había cambiado su suelo marciano; pero era como si… como si fuera una nueva conexión. Marte no lo entendía así que fue donde Tierra para preguntarle sobre esta nueva situación.

—¡Hey! Hola amigo, ¿Qué haces? —saludó con solemnidad, se sentía bastante tranquilo y contento con la nueva experiencia que Astrobola le estaba haciendo sentir —¡Hola! ¿Todo bien? —Tierra no lo escuchó así que Marte volvió a saludar un poco más fuerte, pero como seguía sin escucharlo no tuvo más opción que gritar —¡Hola! ¡Me escuchas!

—¡Ah! ¿Qué? —Tierra al fin respondió un poco sobresaltado—. ¡Marte! No te vi venir, estaba… estaba perdido en mis pensamientos.

—Si, lo noté. ¿Y que cuentas?

Dos mundos, un universo.Where stories live. Discover now