asentí con la cabeza.— es verdad, yo jamás le pregunté como estaba, y siempre creí que emilia solo no me quería... ahora me doy cuenta que ella solo la protegía.– suspiré.— ¿pero porque la protegía de mi?

— tal vez porque ustedes peleaban todo el tiempo, o no sé, tal vez sea porque nicki le contaba qu...- se callo.

la mire serio y hablé.— ¿que le contaba?– no respondió.— ambar pacheco lezcano, decime ya que le conto nicole a emilia.

— no puedo, no me tengo que meter en mambos ajenos, vos me enseñaste eso.

— bueno, olvídate lo que te enseñe, decime ya.

— no.

— si.

— no.

— no.

— ¡perfecto! – sonrio tratando de levantarse de la cama, pero no pudo ya que la agarre del brazo y la empujé.

— está bien, no me digas, solamente respóndeme algo.

— depende, ¿que?

— ¿por que sabes cosas que yo como novio jamás supe?

— porque ver como vos la amabas hizo que quiera ser su amiga, y adivina que? soy su mejor amiga.

— porque ver como vos la amabas hizo que quiera ser su amiga, y adivina que? soy su mejor amiga

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nicole.

nueve de la mañana, a las seis los camiones de mudanza ya estaban llegando.

cuándo llegaron los saludé y les entregué todo (todas mis pertenencias, no mal piensen) solamente deje cosas que tranquilamente podía llevar en mi auto.

mal ahí por tiago, que duerma en el piso porque mi colchón si me llevo.

tal vez no sea muy buena la idea de literalemente dejar solo muebles en mi casa, cuándo va a venir gente pero no importa.

— permiso.– dijo una voz masculina detrás de mi, era un pibe llevando cajas apiladas.

— uy disculpa, ¿necesitas ayuda?– dije haciéndome hacía un lado para que pase.

— no, muchas gracias.– sonrió.

era bastante lindo, morocho, alto, tenía musculos, y una sonrisa muy bonita.

— está bien, ¿querés agua?– pregunté, lo veía cansado.

— por favor.– volvió a sonreír.

𝙗𝙖𝙗𝙮 | tiago pzk.Where stories live. Discover now