CAPÍTULO 02

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Superman y su damisela en peligro

Brooke saltó a los brazos de Lucas, ella siempre saltaría a los brazos de Lucas no importaba qué. La rodeó despacio, apretándola contra su pecho y ella pudo escuchar el sonido de su risa ligera contra su oreja. Podría no moverse de ahí...quería pasar así el resto del día, tal vez con la comodidad del sofá de su sala de estar. Tal vez podría invitarlo a pasar...Pero antes de que la idea pasara por su cabeza, Lucas la soltó. Solo el tiempo suficiente, no más de un minuto.

—Yo también me alegro de verte.

—Pensé que no vendrías hoy.

—¿Y eso por qué? Te dije que lo haría.

La sonrisa amplia de Brooke se deshizo apenas, estaba confundida con sus propias ideas y ayer lo había sobre pensado tanto que asumía cosas sin un sentido.

Lucas tomó su mano entrelazando sus dedos, se la acercó a los labios con la intención de dejar suaves besos sobre sus nudillos pálidos.

—Cierto. Olvídalo, no sé en qué estaba pensando. Supongo que, como Karen dijo que te necesitaba con urgencia ayer, no irías a la escuela hoy—se encogió de hombros—. Sabes que si no quieres ir de todos modos no me opondré, podríamos hacer mejores planes y recuperar las horas.

Lucas la miró como si encontrara su idea descabellada. Tal vez pasar mucho tiempo con Haley severamente lo estaba afectando, como sea, había terminado por acabar con la buena disposición de Brooke.

—Escaparía contigo con gusto, pero tenemos práctica hoy. ¿Recuerdas?

Ella asintió. Por alguna razón su voz sonaba mucho más apagada de pronto. A lo mejor él habría estado de acuerdo, tenía que hacerse a la idea de que también tenía responsabilidades, no es como si Lucas fuese a poner su futuro en juego por ella. Aunque, en el rincón donde albergaba su lado más egoísta, así lo deseaba.

—Vamos—sonrió—, no querrás llegar tarde entonces.

Lucas la tomó por la mejilla con tanta delicadeza, retirando el cabello de su rostro, tomándose su tiempo hasta que sus labios chocaron contra los de ella. Brooke cerró los ojos un segundo. Él era una visión, era lo que siempre quiso, pero necesitaba desesperadamente que le demostrara que sentía lo mismo. Aunque sus besos parecieran perfectos, ella todavía podía sentir el frío atravesarla.

Abrió la puerta del copiloto para ella y condujo en silencio. Ella odiaba el silencio. Él lo sabía y descuidadamente encendió la radio, dejó su móvil entre el pequeño espacio entre los asientos y se giró para sonreírle como si ese simple gesto fuera de lo más reconfortante.

Él estaba tan concentrado en el camino y los ojos de Brooke tan concentrados en la pantalla del móvil que se encendía con un número sin registrar hasta que dejó de vibrar. No se volvió a encender hasta después de un par de minutos cuando estuvieron cerca a la escuela.

La sensación de malestar que la invadió cuando leyó el mensaje no se borraría durante el resto del día: "Gracias por lo de anoche". Ella se giró rápido hacia la ventana intentando calmar su ansiedad y solo fue consciente que él detuvo el auto cuando tocó su mano una vez más.

—Hey, Brooke—la sacudió hasta que ella se encontrara con su mirada divertida—. Llegamos. ¿En qué estabas pensando, niña?

—Nada, supongo que aprovecho cada minuto antes de ir al salón de clase para meditar.

—¿Sobre qué?

—Cosas...

No quería sentirse expuesta a Lucas, en su presencia ella era tan evidente que no la tomaría con la guardia baja si él se diera cuenta de que algo estaba pasando en ese momento. Pero para su sorpresa él no ahondó en el tema, solo la acercó una vez más para compartir otro pequeño beso.

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