DESPERTANDO SENTIMIENTOS

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Despertar un sentimiento en otra persona es algo que ocurre todo el tiempo. Gratitud, euforia, indiferencia, enojo... un sinnúmero de sensaciones que pueden ser positivas, negativas o neutras.
Sin embargo; existen momentos especiales en la vida, en los que conoces a alguien que te genera una reacción placentera que va creciendo como una bola de nieve.

No necesita mucho tiempo para mudarse a tu cabeza y deja de ser un desconocido para convertirse en tu pensamiento favorito del día.

Sin esfuerzo, un lazo de confianza y familiaridad se va tejiendo. Las palabras se vuelven sinceras y las coincidencias pasan a ser las mejores razones para dar un paso hacia el vacío.

De repente, en el penúltimo café, una mirada intensa deja de ser un gesto inofensivo y se transforma en un arma que rompe la barrera de la simpatía.

Al sobrepasar ese límite invisible, un racimo de monarcas se instalan dentro de tu cuerpo para asegurarse de que sientas un huracán cada vez que el otro te dedique una sonrisa.

Tal como una rana se cuece a fuego lento sin notarlo, el enamoramiento te toma por sorpresa antes de que puedas prometer no caer a sus pies. Tan solo compartir el mismo aire hace que la piel genere un campo eléctrico que se activa de forma automática.

Ese estado en el que sobran las palabras, irradia una luz que muestra el camino. La curiosidad de lo que vendrá alimenta el sentimiento y te conduce al siguiente nivel de emoción.
Felicidades, te has enamorado!

LEYENDO HERIDASWhere stories live. Discover now