5. I want him to come back.

202 20 1
                                    

Me levante de madrugada, no porque tuviese ganas de ir al baño, si no que desperté, y no quise seguir durmiendo. Así que me acerque a la ventana la cual en la parte de abajo, también era un tipo de sillon, mostraba la noche, y las bonitas estrellas. Me quedé ahí por un rato, y me asuste al escuchar un ruido a mi lado. Voltee a ver, y vi solo vi a Tom sentarse junto a mí.

— ¿Qué haces despierto? — Le susurre, ya que la habitación de nuestros padres no estaba tan alejada de la nuestra.

— No puedo dormir. — Me miro.

— Yo tampoco.— Nos quedamos en silencio, tampoco es que debiéramos hacer mucho ruido.

— Quiero hacer algo...— Le mire con confusión en el rostro.

— ¿Qué cosa?

Se acomodo quedando sentado frente a mí, yo hice lo mismo.

— Cierra los ojos.

No entendí para que quería que los cerrará, pero confiaba en mi hermano, así que los cerré, y pasé algunos segundos así, hasta que sentí... Hasta que sentí algo suave... Eran unos labios... Me quedé inmóvil, mi corazón empezó a latir con fuerza por la acción que mi hermano estaba realizando... Era extraño, pero se sentía muy bien. Nunca había besado a nadie, pero tampoco es que fueran de esos besos de las películas para adultos que veíamos a escondidas de nuestros padres por pura curiosidad. Eramos niños, no sabíamos nada, tampoco sabíamos que lo que hacíamos era algo incorrecto.

Separo sus labios de los míos, y yo abri los ojos, a pesar de la escasa luz, me di cuenta del leve color rojo en sus mejillas, y pude suponer que en las mías también se notaba. No dijimos nada, solo sonreí como un estúpido, y el hizo lo mismo, eramos ridículos, pero eramos mentes inocentes sin ninguna idea de lo que es el mundo y la realidad. Nos pusimos de frente a la ventana nuevamente, sentí su mano rozar la mía, y era extraño, pero comodo.

Al final, nos devolvimos a dormir. Nuestras camas estaban separadas, pero le pregunté a Tom si podía dormir con él esa noche. Acepto, y dormi junto a él esa noche.

— Buenas noches, Bill. — Me susurro.

— Buenas noches, Tom.

Sin más, uno estando al frente del otro, nos quedamos dormidos.

. . .

Abrí los ojos lentamente, me había despertado con tremendo dolor de cabeza, y como dolía. Me senté en la cama, y mire a mi alrededor sin entender nada. Estaba en mi habitación... Tenía una pijama... Lo último que recordaba, era a Tom salir de la habitación y despedirse al igual que yo.

Me pregunte si Tom se habría quedado, me pare, vi a afuera de la habitación, y no vi nada, revise los baños, pero nada, recordé que había dicho que se quedaría con Andreas, así no seguí buscando. En realidad todo estaba en su lugar, excepto que algunos cajones de mi habitación estaba desordenado. Vi el pantalón que utilice anoche. Los revise, y encontré mi celular, pero estaba sin batería, así que lo puse a cargar. En eso, solo me senté en la cama, pensando en la noche de ayer, había sido una completa locura, empece a recordar algunas cosas. Tanto la horrible situación de anoche, más el golpe que había recibido de parte suya. Parecíamos perros y gatos, cuando de niños eramos como dos piezas de rompecabezas que encajaban a la perfección, según yo, era su maldita culpa, no mía, por Dios. Fue quien comenzó todo aún sabiéndolo, a mi no me interesa... O eso creo.

Ya que mi teléfono recibió un poco de carga, lo agarre, y lo encendí para ver si habían llegado mensajes o llamadas.

95 Mensajes.
55 Llamadas perdidas.

𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦 ; TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora