-campfire and friends.

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Parecía que el juego se había puesto más serio de lo que debería.

Sin embargo, Camille y Ethan no nos lo ponían fácil, demostrando una destreza sorprendente que nos obligaba a esforzarnos al máximo en cada punto. Entre risas y bromas, el juego se volvió cada vez más emocionante, con puntos disputados y jugadas espectaculares que nos mantenían al borde de comenzar una discusión.

Camille arqueó una ceja con diversión mientras se preparaba para recibir mi saque.

—Espero que tu habilidad en el vóley sea tan buena como tu habilidad para surfear, Addie. —bromeó, lanzándome una mirada traviesa.

Yo reí suavemente, devolviéndole la mirada con una sonrisa desafiante.

—No subestimes a mi chica. —respondió Max por mí, desatando una carcajada compartida entre nosotros.

Una mirada de incredulidad cruzó su rostro mientras intentaba alcanzar un remate imposible e inesperado de la castaña.

—¿Es jugadora profesional y no me contaron? —exclamó en tono burlón, ganándose una risa juguetona de parte de nuestros amigos.

—¿Tu sabes que la pelota es redonda, Max? —se burló mi amiga.

Si, Max no era tan bueno en el deporte, pero le ponía entusiasmo y ganas, que era lo más importante.

A medida que avanzaba el juego, las bromas y los comentarios ingeniosos continuaban fluyendo entre nosotros. Sin embargo, a medida que el partido llegaba a su punto culminante, comenzamos a sentir la presión de la competencia.

Los puntos se volvían cada vez más disputados, y nuestras tácticas y estrategias parecían no ser suficientes para superar a nuestros habilidosos oponentes. La competencia se intensificó entre Camille y Max, ambos eran muy competitivos y cada uno estaba determinado a ganar para su equipo. Sus movimientos eran rápidos y precisos, con remates potentes y defensas astutas que mantenían el balón en constante movimiento sobre la red.

Mientras tanto, yo comenzaba a sentir el agotamiento acumulado por el esfuerzo físico del juego y estar debajo del sol no ayudaba mucho. Mis músculos se resentían con cada salto y cada movimiento brusco, y el calor comenzaba a pesar sobre mi piel, envolviéndome en una sensación de fatiga creciente.

Con un suspiro cansado, decidí tomar un breve descanso, dejando caer mi cuerpo en la arena suave sin previo aviso. Mis párpados se volvieron pesados mientras el sonido de las risas y los gritos de ánimo se desvanecía en el fondo.

De repente, sentí una presencia a mi lado, y levanté la mirada para encontrarme con Max, una sonrisa divertida jugando en sus labios.

—¿Mi compañera me acaba de abandonar en medio del partido? —preguntó, su voz llena de diversión mientras me miraba con curiosidad.

Me encogí de hombros con cansancio, una sonrisa juguetona curvando mis labios.

—Solo necesitaba un pequeño descanso. —admití, dejando escapar un suspiro de alivio mientras me dejaba caer más profundamente en la arena.

Max asintió con comprensión, su mirada suave mientras me observaba con ternura.

—Entiendo. —dijo con calma.

Por un momento, nos quedamos en silencio, disfrutando de la tranquilidad relativa que nos rodeaba, lejos del calor y la agitación del juego en la cancha.

Pero entonces, de repente, una risa estruendosa rompió el silencio, y giramos la cabeza para ver a Camille y Ethan peleándose entre ellos por la pelota.

Max soltó una risa suave, y no pude evitar observarlo, sus ojos brillaban con verdadera diversión, estaba disfrutando el momento de verdad.

—Parece que se están divirtiendo. —comentó, su tono lleno de cariño.

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