𝟬𝟬. OUTBREAK DAY

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──Sabes, he pensado mucho en ello... ──Murmura Kanski, rompiendo el silencio entre ellos. El hombre deja la caña de pescar que sostiene a un lado y pone los brazos cruzados sobre el vientre, inclinándose hacia atrás en la silla de la playa──... y creo que es más que hora de que suceda.

──¿De qué estás hablando? ──Pregunta Sebastian. Garrett solía tener esta costumbre de comenzar conversaciones con frases que no tienen mucho sentido hasta que explica su razonamiento.

──Jubilación ──Él dice──. Creo que es más que hora de dejar de ser capitán.

El tema ha persistido durante un tiempo. Los hombres de la base estaban difundiendo este rumor. Sebastian no creía mucho en la posibilidad, a menos que lo escuchara directamente del capitán, pero no esperaba que Garrett realmente estuviera considerando la opción.

Aunque, en realidad, sabía que ya debía estar preparándose para ello. Cleo tuvo su segundo bebé hace poco más de seis meses, y su mejor amigo (quién tambien era su esposo), había hecho hincapié en mantenerse alejado del batallón desde el nacimiento de la niña. Birdie, -el nombre por el que Sebastian siempre la llamaba, incluso sabiendo que no era su verdadero nombre, sino su segundo nombre-, era un pequeño bebé con mejillas rosadas y un cabello castaño que le recordaba mucho a su hermana cuando nació.

El capitán, Milo Garrett Kanski, quien también era su cuñado desde hace más de diez años, podía ser una persona obstinada pero también alguien que se había vuelto muy leal a su familia. Reeves observó cómo cuidaba a Cleo y a sus hijos, y cómo realmente se preocupaba por ellos. Si hubiera sido un poco más observador antes, habría notado que Garrett estaba llegando al límite con respecto a las misiones y que lo que más deseaba era estar más cerca de quienes amaba. Al analizar a su amigo, notó una mirada solemne en su rostro, como si estuviera seguro de su decisión.

La idea aún causaba cierta incomodidad en Sebastian; era extraño pensar en continuar en Fort Mead sin Garrett como su capitán. Después de todo, había sido Kanski quien lo había motivado a unirse al ejército años atrás, la persona que lo convenció de enlistarse cuando las cosas se complicaron.

──¿Estás seguro de eso? ──Pregunta Sebastian, con el ceño fruncido, incapaz de imaginar a Garrett retirándose. Era de esperar que esto sucediera algún día, pero no pensó que llegaría tan rápido──. ¿Realmente quieres hacerlo?

──He estado considerándolo durante meses, pero desde el nacimiento de Birdie se ha vuelto más recurrente ──Responde Garrett──. Quiero pasar más tiempo con ella y con Jace. Están creciendo muy rápido, y siento que no los estoy disfrutando lo suficiente.

Siempre había esa sensación de insuficiencia, por supuesto. Kanski se había perdido muchos cumpleaños de Jace mientras este crecía. Su sobrino ya tenía seis años y era un chico inteligente. Él entendía que su padre necesitaba estar ausente con frecuencia, pero Garrett no quería que su hijo tuviera que entenderlo.

Sebastián tampoco estaba acostumbrado a ver a sus sobrinos con frecuencia; solo había decidido ir a Texas en sus vacaciones por culpa de Cleo. Su hermana menor insistió tanto en que fuera a visitarlos que terminó cediendo. Ella solo deseaba que Sebastián conociera a su sobrina, ya que desde que nació Birdie, todo lo que él había visto eran fotos y la cara de la niña en llamadas por Skype tarde en la noche.

Reeves no quería que ella pensara que él la estaba evitando. Las misiones para el escuadrón se volvieron más estrictas y, desde que Garrett entró en licencia, todo el trabajo de liderar el equipo cayó sobre sus hombros. El teniente, segundo al mando y hombre de confianza de Kanski, recibió una pesada carga, pero la manejó con maestría.

WORLD GONE MAD  |  TOMMY MILLERWhere stories live. Discover now