3. You want me to love you?

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Tom.

— ¿¡Qué carajos!?

Bill me había sacado a escobasos de su casa, cerrandome la puerta en la cara. Empecé a tocar la puerta pidiéndole que me abriera.

— Bill, abre.

— ¡Que te follen! — Me grito del otro lado.

Seguí insistiendo para que me abriera, lo cual dudaba porque si se le notaba muy molesto.

— ¡Bill!

— ¡No!

— ¿¡Y en donde voy a dormir!?

— ¡Puedes dormir en tu lujoso cadillac!

Le di una patada a la puerta, no con intenciones de romperla, sino por molestia. Esto no era lo que esperaba. Tal vez sí me pasé un poco, tal vez mucho... Desde que llegué a Hamburgo, ya sabia quien era mi hermano, gracias a algunas fotografías que me enseño mi madre, aunque creo que jamás le enseño fotos mías, y no se porque. No quería decirle quien era yo aún, quise hablar primero con él, ya que tenía mucho sin hacerlo... Sí, yo le había extrañado, o tal vez solo extrañaba al bonito niño de piel blanca. Sonaría raro decir que me gustaba mi propio hermano cuando eramos solo dos niños sin conciencia, normalmente pensaba que todos eran un asco menos él. Pero ese sentimiento de enamoramiento simplemente se había ido desde que nos separaron, habían pasado nueve años.

De todos modos, se me hacía casi imposible la idea de poder estar con él algún día, eramos hermanos, y aunque eso a mi no me importara y me diera igual, tenía que ponerle un poquito de importancia ya que Bill no tenía mi misma perspectiva. Digamos que ese sentimiento tal vez no desapareció del todo, al principio fue muy raro tenerlo tan de cerca, pero todo pecador cae en una muy mala tentación. Y esa tentación era probarlo a él, aunque lo frustrante era que no le podía ocultar todo por siempre, así que, no supe que más me quedaba. Me importaba muy poco haber mentido sobre esa ridiculez, pero sin darme cuenta me importaba mucho Bill.

No seguí insistiendo y solo me senté en el suelo apoyándome en la puerta.

. . .

Bill.

Había sacado a Tom a escobasos de mi casa, le dije que dormiría en su bonito cadillac, porque no iba a entrar acá otra vez. Sentí alivio, cerre la puerta con seguro, y después me senté en sillón tratando de calmarme. "¿Por qué lo hizo?" Ya no me interesa, "Es tu hermano" no es mi hermano, es un emfermo. Escuche un ruido en la puerta, y por lo que se alcanzaba a ver de una sombra por debajo de la puerta, pude suponer que se sentó apoyándose en ella.

Yo no le tome importancia, ya se iría, así que me fui a mi habitación. Me lance en la cama, y prendí mi celular, vi que me llegó un mensaje de Gus, así que lo abrí para ver que era.

1 mensaje.

Gustav.

— ¡Bill! Adivina que, Georg nos invito a todos a un bar cerca de por aca, ¿vienes?

En realidad diría que no, pero quería olvidar el mal momento de hace rato.

Claro, ¿a qué hora?

Me respondió al segundo.

— ¿Te podemos buscar a las seis?

Apenas eran las tres de la tarde, me daba tiempo a arreglarme.

Sí, me parece bien.

— Va, nos vemos.

— Adiós.

𝗖𝗜𝗚𝗔𝗥𝗘𝗧𝗧𝗘𝗦 ; TollWhere stories live. Discover now