XIV

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Tsukishima seguía dormido, era a penas de madrugada pero Tadashi ya estaba alistándose para salir, ya le había escrito la noche anterior a Kenma, lo recibiría al medio día.

Lo pensó bien y despertó a Kei, primero iría a un chequeo, necesitaba a su alfa, salieron de la casa, solo caminaron a un centro médico cercano. Algo estaba mal, sabía que podían ser sus hormonas las que estaban alteradas, pero su instinto le indicaba que alguien los seguía.

Terminó su cita médica y Yamaguchi mandó al alfa para la casa, debía hacer esto solo y Kei lo entendía perfectamente, aunque eso no significaba que le molestaba el hecho de dejar a su omega solo.

  Cuando finalmente estuvo solo, el sentimiento de miedo solo incrementó, estaba seguro de que alguien más estaba presenciando todo lo que hacia, cada movimiento, apresuradamente alzó la mano y subió al primer taxi que paró, sabía que ahí estaría bien, aunque estaba sin Tsukishima.

Llegó finalmente, al sitio que tantos conflictos le causaba, su trabajo.

—Sí sabes que mi Kenma está enojadísimo ¿no? — Kuroo y sus comentarios, siempre atormentando a quien se le atraviese.

— Lo sé, por eso vine.

Tadashi no le dio tiempo de seguir molestándolo, solo apresuró su paso y entró a la oficina. Un aura tenebrosa era lo que emanaba ese lugar.

El peli teñido se ahorró los saludos, tampoco le ofreció asiento, fue de frente al punto.

— No nos das ningún material Tadashi, ¿Crees que esto es un juego?

El pecoso había ido preparado pero esa actitud de su jefe había llegado a su límite de paciencia.

— ¡Sabe qué! Ahórrese cualquier despido, yo me largo de aquí, ese reporte que quieres que te entregue no lo completé y no pienso hacerlo bajo tu mando, si hago algo será por mi cuenta... Buenos días.

Kozume se había quedado sin palabras, jamás se le había pasado por la cabeza el hecho de que uno de sus trabajadores renunciara, pensó que lo tenía todo controlado. Pero no dejaría que eso se quedara así.

Tadashi salió corriendo del lugar, su cabeza daba vueltas y todo le indicaba que había cometido una locura, ahora estaba sin trabajo, pero por alguna razón, sentía una paz inmensa dentro de él.

Volvió a la casa de Tsukishima, él lo estaba esperando en la sala, había estado intentado enmarcar la imagen del ultrasonido que le hicieron al bebé, pero gracias a su brazo lastimado no lograba su objetivo.

El pecoso se sentó a su lado y lo hizo en unos segundos, dañando cada vez más el orgullo de ese alfa.

— Renuncié a mi trabajo.— comentó el omega casi en susurros

El rubio se alarmó, sabía que a ese chico realmente le apasionaba lo que hacía.

— Bueno, era hora de que dejes de reportar cada uno de los movimientos de tu destinado ¿no?— talvez no era momento de ser sarcástico pero Tsukishima no sabía como sobrellevar la situación.

Tadashi le dio un golpe con su codo en el brazo herido, con toda la intención del mundo, aquel hombre jamás dejaría de decir cosas irónicas.

— Vamos, — Kei volvió a hablar — debemos celebrar ese casi logro, conozco un buen restaurante, solo que tendrías que manejar tú.

Esas últimas palabras le dolieron demasiado, sus autos eran algo muy preciado para ese alfa, pero sabía que no tenían otra opción.

Una tarde maravillosa sin duda, Kei no dejaba de consentir a Yamaguchi en todo y aprovechaba cada que podía para abrazarlo desde atrás cuando habían pocas personas, era su manera de reclamarlo como suyo.

Imposible [TSUKIYAMA] [OMEGAVERSE]Where stories live. Discover now