9.¿Sentimientos O Curiosidad?

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Liam

6:30pm<<
Me quité la corbata, los primeros tres botones de mi camisa están abiertos dejando ver un poco de piel. Mi pelo ya de por si es un desastre y para agregar estoy cansado hasta los huesos.
Las largas horas de trabajo estaban acabando conmigo, sinceramente, lo único que en este preciso momento quería era poder irme de una vez por todas y poder descansar.

Pero aun me faltaban un par de cosas por terminar.

Pensé que trabajar para mi padre sería más sencillo, pero me equivoqué. En su lugar, el puesto de director general estaba acabando conmigo, esto era de tomar tiempo y no dejarme respirar, de estar un paso adelante siempre, solo tenia 22 años y ya formaba parte de una de las empresas más grandes a nivel internacional y claramente no podía decepcionar a mi padre, el puso toda su confianza en mi cuando me lo propuso y el peso de no fallarle era más grande que cualquier otra cosa.

Mi espalda ya dolía por estar en la misma posición durante horas, así que me levanté y empecé a caminar por toda la oficina para darle un poco de movilidad a mis piernas y quitar ese pequeño hormigueo en ellas, después de un rato me acerque hasta uno de los sillones ubicados a un costado de mi escritorio, me recosté tratando de relajarme y tomarme un momento, estaba cerrando mis ojos cuando la puerta se abrió de golpe y sin avisar.

¿Pero qué mierda?

¿CUÁNDO APRENDERÁN A TOCAR LA MALDITA PUERTA?

—A qué no sabés las nuevas nuevas. —dijo Steven, mi mejor amigo, su entrada fue dramática y acelerada, así era él, el drama era su poder y ser mujeriego también..

—No me interesa.—lo mire con mala gana—¿No deberías estar haciendo tu trabajo?

—Esté también es mi trabajo. —volvió a mirarme con emoción—Hoy entró una nueva y está buenisi.. —lo corté.

—Steven. —use todo el último auto control que me quedaba, esta vez lo mire cansado—No tengo tiempo para tus estupideces, en verdad.

—Ya, ya, tranquilo. —alzó sus manos en modo de paz—Pero tú , amigo mío, necesitas de sexo urgentemente ¿Ya te viste la cara? —mencionó tomando asiento en uno de los sillones continuos al mío, se sirvió un trago de los que estaban en la pequeña mesita al lado de en medio de los sillones, en su vaso pude ver lo que eligió tomar >>Whisky<<.

Negué con la cabeza, sé que si le seguía el rollo era de jamas acabar, no había ser en la tierra que pudiera hacerlo callar, era estresante en ocasiones pero sin dudas era mi mejor amigo después de todo lo que hemos vivido.

—¿Salimos hoy?—dijo una vez dejó el vaso vacío.

—No, no puedo. —me pase la mano por la cara—Tengo cosas que hacer.

—Desde que te dieron el puesto en la empresa te has convertido en un amargado. —soltó tratando de sonar resentido—Ya ni salimos.

—Suenas como una novia resentida. —me burle— Sabes que no puedo defraudar a mi padre ahora que decidió confiar en mi.

—¿No será que estas saliendo con alguien y no quieres que me entere?—entre cerro sus ojos mirándome detenidamente.

—¿Qué? —me perdí —¿Pero de qué hablas?.

—Si, como lo escuchaste. —afirmó sonriendo—¿Cómo era qué se llamaba? ¿Elsa, eva, lisa?—miraba al techo haciendo memoria al nombre que aquella tarde le mencioné.

—Elena, es Elena. —dije cansado ya de la conversación—Y ella es una amiga ¿ok?.

—Amiga. —bufo —Amigo el ratón y el queso y aun asi se lo comió.

—Steven

Un fuerte dolor de cabeza me estába palpitando y con Steven aquí solo lo aumentaba. ¿De qué mierda estaba hablando? ¿Elena y yo? Nada que ver

Tenía que aceptar que era linda, es la verdad. Su cabello oscuro y largo era algo que me llamó la atención y sin mencionar el curioso carácter que tiene. ¿Pero ella y yo? Nah

—Por culpa de ella ya ni salimos, solo estas con ella, te brillan los ojos cuando hablas de ella.

Dios mío, juro que quiero golpearlo

-Ok, no voy a tener esta conversación contigo. —me levanté del sillón y me en caminé hasta la puerta, la abrí dejando en claro que era hora de irse.

—Hasta me corres. —se levantó lentamente, el drama saliendo de él, se despidió con la mano y desapareció entre el pasillo.

La imagen de Elena llegó a mi cabeza segundos después, la manera en la que sonreía, o cuando mordía su labio inferior cuando quería decir algo, debía aceptar que era muy linda, eso no se negaba, pero nunca me había puesto a pensar en si solo era eso, sinceramente me gustaba estar con ella, su compañía era cálida y me hacia bien pero ahora Steven había sembrado una pequeña duda en mi, una que no me estaba dejando pensar bien.

¿Me gustaba esa chica?

¿O simplemente era curiosidad por culpa de Steven?

De todos modos, debía quitar ese pensamiento de mi, Elena y yo éramos amigos y no quería echarlo a perder por una estupidez, está noche sería la dichosa fiesta a la que fuimos invitados Elena y yo y lo único que quería era pasarla bien sin importar los obstáculos.

Asi que con la última fuerza que me quedaba decidí en irme finalmente y descansar para estar listo para enfrentar lo que me quedaba de la noche...














Peligrosa Tentación Where stories live. Discover now