Crush

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No era un secreto para nadie que a Yuuji Itadori le gustaran las chicas como Jennifer Lawrence. Solía decirlo como parte de su presentación cuando conocía a alguien; su película favorita era "Los juegos del destino" con Jennifer Lawrence como protagonista; y tenía un póster de dicha actriz, vistiendo un bikini azul, pegado en la pared de su habitación.

Aquella preferencia suya tendía a ser intrascendente para el resto, o eso parecía, hasta una fatídica tarde en la que Panda y Toge, aprovechando su día libre, convencencieron a Maki y a los de primer año de unírseles a una maratón de películas junto a su profesor. Satoru se encargó de conseguir los dulces, refrescos y palomitas y cometió el irreparable error de sugerir la saga de "Los juegos del hambre" que, si bien fue del disfrute de todos sus estudiantes, robó la especial atención del recipiente de Sukuna, mas no por la historia en sí, sino porque incluía a su actriz favorita.

Yuuji encontró en el personaje de Katniss Everdeen a su amada Jennifer Lawrence, en esencia, lo cual incrementó su gusto hacia la película y la mujer en cuestión. Los días siguientes no pudo contener su exacerbado fanatismo y este se hizo manifiesto mediante la frecuente introducción de Jennifer Lawrence en sus temas de conversación, la repetición constante de las películas de "Los juegos del hambre" en sus horas muertas y la búsqueda reincidente de Jennifer Lawrence en su historial de Google.

Para los chicos de segundo fue fácil evitarlo, no era común que compartieran misiones o clases con los de primero; no obstante, los compañeros de año de Yuuji no corrieron con la misma suerte.

En un principio, Nobara se lo tomó con gracia pues le divertía oír a su amigo suspirar por un amor inalcanzable y volver a ver las películas de "Los juego del hambre" era un aliciente para ir de compras después, ya que ella adoraba las prendas usadas por El Sinsajo, especialmente, el famoso vestido rojo envuelto en llamas, cuya burda imitación era lo único que había logrado encontrar en AliExpress. Sin embargo, cuando el rendimiento de Yuuji como cargador disminuyó, y las pláticas entre ambos se hicieron monótonas; se hartó de Yuuji, Jennifer y todo lo relacionado a los dos.

Megumi, por el contrario, se escudó en la indiferencia desde el principio. Por ejemplo, cambiar de camino al ver a Yuuji acercarse le pareció una buena idea para evitar la plática Jennifer-centrista, hasta que al susodicho se le ocurrió ir a buscarlo exclusivamente para hablarle de ella.

—¿Sabías que a Jennifer Lawrence le gusta tanto la comida como ser modelo? —le dijo una vez, tras abrirle la puerta de su habitación—. Podríamos entendernos muy bien. Yo no soy exigente con la comida, digo, hasta me comí un dedo.

Megumi, quien se hallaba leyendo un libro recostado, frunció el ceño.

—¡Lárgate, Itadori! —Le lanzó un almohadazo que el de cabello rosado, a duras penas, logró esquivar.

—Deberías callarte, mocoso —la boca Sukuna, quien también estaba harto, agregó emergiendo en la mejilla de su recipiente, pero ¿quién era él para borrar a Jennifer Lawrence de la mente de Yuuji?

Todo parecía apuntar a que nadie podría hacerlo y eso era algo que sus amigos, a pesar de su disgusto, tendrían que aceptar.

—Ni aunque el cielo y la tierra bailaran lambada —Nobara dijo, al respecto, muy convencida. Megumi coincidió haciéndoselo notar con un asentimiento de cabeza.

Los dos, sentados en las escaleras frente al patio, compartían café y chocolate caliente en vasos acartonados, mientras conversaban de uno que otro chisme y observaban a los de segundo entrenar. Satoru Gojo pasó por su lado con el celular en la oreja, aparentemente ajeno a ellos, pero el hecho de que cortara su llamada de manera repentina y se detuviera frente a ambos les indicó lo contrario.

—¿Y Yuuji...? —les preguntó levantándose la venda de los ojos—. Juraría que siempre los veo a los tres juntos.

Megumi se llevó el vaso a los labios.

—Debe estar viendo "Los juegos del hambre" por enésima vez —Nobara comentó con tedio—. Ya sabe, profe, Jennifer Lawrence lo trae loquito y él, a nosotros.

—Cuando se trata de ella no hay quien le cierre la boca —Megumi añadió—. Es insoportable, como una maldición.

La sonrisa de su profesor desapareció dando paso a una mueca.

—¿Y es por eso que lo excluyen? —les preguntó.

—No lo estamos excluyendo —Nobara replicó y volvió a sorber su bebida—. Solo lo evitamos.

Satoru se frotó el mentón.

—Hay una delgada línea, casi imperceptible, que marca la diferencia entre "excluir" y "evitar" —opinó—. Chicos, no sean así, ustedes son sus amigos. Ténganle paciencia, es su primer crush, se le pasará, tarde o temprano. ¿Saben? Cuando tenía su edad, me gustaba Waka Inoue. Es parte de crecer, supongo. A la mayoría de adolescentes, como ustedes, les da vergüenza admitir quien les gusta frente a los demás, en cambio, Yuuji tiene valor o confía demasiado en los dos como para compartírselo.

Nobara y Megumi se miraron entre sí, como no queriendo admitir que estaban replanteando su decisión.

—No lo había pensado de esa forma...

—Yo... tampoco...

Gojo volvió a sonreír.

—Miren, no les ha pasado, pero pronto podrían estar en su lugar —les dijo—. Sean más comprensivos con él. ¿Les gustaría que Yuuji hiciera lo mismo con ustedes?

Ni Megumi ni Nobara contestaron, a menos no de manera verbal. Gojo dejó a sus estudiantes reflexionando, pero un sorpresivo grito de Yuuji no demoró en devolverlos a la realidad. De inmediato, ambos corrieron a buscarlo por toda la escuela, hasta que finalmente lo ubicaron con el rostro empapado en lágrimas, hecho bolita, bajo la cama de su habitación.

—¿Qué ha pasado? —preguntaron los dos.

Yuuji sorbió su nariz.

—¡¡Jennifer Lawrence se ha casado!! —les reveló y extendió su celular, en el cual se apreciaba un artículo titulado como la oración que acababa de soltar.

Nobara y Megumi ladearon las cabezas.

—¿Y qué tiene? —ella comenzó—. De todas maneras, no la ibas a conocer jamás.

Yuuji se quejó más fuerte. Entonces, Nobara notó real tristeza en su mirada y se aproximó para rodearlo con los brazos.

—Ya ya —le dijo suavizando su tono y le pasó la mano por la cabeza—, deja de llorar, tonto. No se ha acabado el mundo. Conocerás a otras personas, ya verás.

—Ninguna como Jennifer Lawrence —Yuuji insistió.

Nobara rodó los ojos, en medio de un suspiro, y los redireccionó hacia Megumi mientras le susurraba un apenas audible "ayúdame". Megumi se encogió de hombros y se unió a la escena, alrededor de Yuuji.

—Está bien llorar, Itadori —le dijo—. Tómate tu tiempo.

—¿Puedo llorar sobre tu hombro, Fushiguro? —aquel le preguntó.

Megumi cabeceó, consintiéndoselo. Yuuji apoyó su cara en él y sumergió la nariz en la tela de su camiseta, mojándola con una mezcla de lágrimas y mocos. Nobara torció la boca, con asco y Megumi, esforzándose por mantener su expresión, le palmoteó la espalda. 

—Gracias, chicos —de pronto, Yuuji les dijo y se separó de los dos, mostrándoles su sonrisa naciente—. Los amores van y vienen, pero los verdaderos amigos son para siempre.

La amistad nunca había sido un compromiso sencillo, especialmente en un mundo con maldiciones, sin embargo, los tres coincidían en que era algo que valía la pena preservar.

Además, soportar al primer crush de un amigo era un problema mínimo en comparación con lidiar constantemente con la muerte y exorcizar maldiciones de grado especial.

20/03: feliz cumple, Yuuji :)

Crush┊¿JenIta?Where stories live. Discover now