Gran Bretaña de la posguerra, 1919, tras la culminación de la primera guerra mundial, las secuelas del conflicto aun persistían en la sociedad, especialmente la pobreza, lo que daba un escenario perfecto para las bandas criminales de diferentes etni...
— Sé muchas cosas Sr. Zod...y como le dije antes, conozco a los hermanos Gotham...y sé que irán al hipódromo de Cheltenham también. —presentando mis ideas—
— A perder su dinero en mujeres veloces y caballos lentos... —es ahí donde se equivoca—
— No, planean un ataque numeroso para robarle a sus corredores y así hacer apuestas ilegales.
— ¿Crees que no puedo lidiar con los Gotham? —sintiéndose amenazado y debería—
— Solo es una advertencia de un amigo, es todo...los veré en Cheltenham! —dejando migajas de supuesta camaradería para luego ir dejando el lugar lentamente—
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— ¡Te saludaré desde mi palco! —claro que lo hará—
— Si vas a las carreras, ¡lleva a esa linda camarera! —en otro momento hubiera disfrutado de esta victoria...pero ahora ya no estoy tan segura—
— ¡Ya fue invitada! —dejando en claro las cosas para luego dejar el lugar y regresar a casa—
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En tanto me dirigía a mi coche vi una pequeña tienda, tenía todo tipo de joyería y de entre todos resaltaba unos aretes, no eran grandes ni ostentosos, pero eran finos y la piedra central parecían rubíes, así que fui a preguntar por ellos.
— Buenas, ¿cuántos por los aretes de rubíes?
— Sra. Zor-El...heee...veinte libras. —algo temeroso al responder—
— Bien, necesito que lo envuelva...que sea bonito, ¿entendió? —dejando el dinero sobre la mesada—
— Si Sra. —tomando los billetes para luego meterse adentro y volver tras un par de minutos—
— Gracias. —aceptando el paquete, se veía decente, era lindo—
— De nada, que tenga un buen día Sra. Zor-El. —solo asenti a la despedida final y luego proseguí con mi andar—
