²Cuidando a Kazuha ❀ ་ Kazuscara

★ Day three !

— Mierda, no...— murmura abochornado por lo apretado que empezó a sentirse su short.

Escondió su rostro entre sus manos y lloriqueó. No podía estar pasándole eso.

Mientras lloriqueaba un alfa albino se acercaba sigilosamente al omega, lo tomó de la cintura y pegó sus cuerpos empezando a olfatear su cuello.

Joder, tampoco debía pasarle eso

— Kazu... espera. — obviamente el alfa hizo oidos sordos al pedido del omega y se dedicó a seguir bajando su ropa interior. — Kazuha... ¡Ah!

Soltó un gemido cuando dos dedos entraron en su interior, entrando fácilmente debido a su lubricante natural que salía sin parar. Intentaba parar la situación pero, vamos, se sentía tan bien, ¿Para qué resistirse si lo deseaba más que nada? Por lo tanto se acomodó mejor en la isla de la cocina alzando su trasero para dedicarse a disfrutar del placer que le daba su pareja.

Cerró sus ojos y sin vergüenza soltaba esos melodiosos gemidos, sonriendo burlón al escuchar los gruñidos bajos de Kazuha. Este apretó su cintura y entró completamente en él, sin esperar comenzó a mover sus caderas de forma rápida y dura, tocando su próstata sin problema.

Scaramouche abrió sus ojos y un grito de placer escapó de su garganta, Kazuha estaba siendo demasiado brusco. Él nunca era si cuando tenían sexo pero ahora era como bestia, era por su celo, era obvio, los alfas tendían a ser bruscos estando en celo pero no pensó que tanto. Y raramente le gustaba como lo estaba follando.

Fue tomado bruscamente de sus brazos y lo sentó sobre la isla, abrió sus piernas y entró nuevamente tomando uno de sus glúteos para que no intente cerrarlas. Apretaba su cintura y uno de sus muslos con mucha fuerza, tanta que dejaría marcas que se irían en días pero no le importaba. No cuando lo estaban follando tan bien.

Tiró su cabeza para atrás y abrió su boca para gemir lo más fuerte que podía. A estas alturas le importaban tres mierdas los vecinos. Los labios de Kazuha eran suaves y pomposos, ideales para compartir besos lentos, pero en este momento solo podía pensar en comerle la boca, mordiendo y succionando esos labios tan tentadores

Faltaron solo cuatro para que Scaramouche se venga y dos para que Kazuha termine dentro suyo, hizo una pequeña mueca al sentir su nudo crecer en su interior. Y solo ahí se acordó de que no usaron un preservativo.

— Agradece que tomo pastillas, alfa tonto. — murmura tratando de regular su respiración.

— Bonito. Omega bonito. — dice acariciando su rostro delicadamente, como si no lo hubiese follado como una bestia.

— Realmente no puedo enojarme contigo. — sonríe con ternura pasando sus delicados dedos por la marca de Kaedehara en su cuello.

— Realmente si puedo enojarme contigo. — se queja dejando la cena sobre la mesa.

Sus caderas dolían y apenas podía correctamente, era un dolor punzante y bastante incómodo. Kazuha lo miraba con sus ojitos abiertos y pestañeando sin entender del todo las quejas de su omega pero no le gustaba verlo así.

Cenaron tranquilamente y luego las quejas de Scaramouche volvieron mientras lavaba los platos.

— Eres muy brusco. — se queja secando sus manos. — ¡Hace más de cuatro horas tome esa jodida pastilla para el dolor y no se va! Maldito marketing barato...

— Bonito.

 Scaramouche rueda los ojos. — Bonito es el dolor de trasero que tengo por tu culpa.

Kazuha se acercó y sin pensarlo lo tomó en su hombro llevándolo como una bolsa de papas ignorando las quejas del omega, lo llevó a la habitación y lo depositó en la cama para después acostarse a su lado dándole mimos en su cabello en forma de disculpa.

— ¿Ya no estás enojado? — murmura algo afligido.

Y Scaramouche cayó en la ternura de su novio.

— Bien...No enojado. — dice besando los labios de su novio.