—No, no, amor, no has hecho nada mal. Lucas si se lleva un poco mal con Juanjo, pero ya está... Somos un grupo pero no significa que por que a uno le caiga mal alguien, al resto del grupo también... no sé si me entiendes, perdón, no sé explicarme— dice Rus acariciándole el brazo con cuidado. Martin de verdad creía que eso era así, tal y como se lo había explicado Lucas.

—No pasa nada, de verdad Martin— habla esta vez Chiara — ¿Pero solo fue un pico? ¿No hablasteis?

—No lo recuerdo muy bien. El me tiro el Kalimotxo encima, y luego me siguió hasta el baño. Lo último que sé es que mis labios acabaron sobre los suyos. Y que luego me dijo que me había equivocado o algo así.

Otra mentira más. Se acordaba perfectamente de lo que había hablado con el maño. Pero ocultársela a sus amigas era la forma más fácil de acabar con esta conversación.

—¿Qué te habías equivocado? Que raro es Juanjo a veces... Oye, ¿queréis ir a tomar algo por ahí y ver la cartelera del teatro? Hace mucho que no vamos, Kiki — casi como si le estuviera leyendo la mente, la pelirroja cambia de tema y habla de lo que mejor se le da: El teatro.

....

—Juanjo, hoy es la obra de teatro, ¿Te acuerdas? Va, no me mires así...

El maño resopla. Esta cansado de ir a tantos sitios últimamente, además sabe que irá Álvaro, y no le apetece ser un sujeta velas una vez más. Pero le prometió a Paul que iría a verle al teatro, y no puede romper una promesa, no una tan importante como esa.

Meses atrás, había conocido a Paul, justamente en el teatro al que se dirigían hoy. Juanjo nunca había sido mucho de ir al teatro, ni de ver pelis siquiera, pero cuando Bea le pidió— aunque el término correcto sería más bien obligó— a ir al teatro para ver su obra favorita, el aragonés había quedado fascinado. O más bien, su amigo se había enamorado. Ahí es donde entra Paul, un chico que trabajaba en el teatro todos fines de semana. Álvaro parecía haberse obsesionado con él, así que a Juanjo no le quedó más remedio que acompañarle cada sábado a verle actuar, por lo que se sabía las obras ya casi de memoria.

A decir verdad, a Juanjo no le molestaba mucho ir al teatro, admiraba la forma en la que los actores conseguían transmitirte la emoción e intensidad en el momento correcto; e incluso había llorado viendo alguna obra, aunque jamás lo admitiría.

Pero estaba harto de tener que ir allí solo para que Álvaro intentar hablar con Paul. Y digo intentar porque más bien se dedicaba a observarle desde la distancia. Con lo extrovertido que era el sevillano, a Juanjo no le cabía en la cabeza por que no le había comido la boca ya.

—Sí, Paul, claro que me acuerdo, Álvaro no ha parado de recordármelo en todo el día.

Al final, había tenido que ir el propio Juanjo a pedirle el instagram a Paul para su amigo, sin saber que unas semanas después, a Álvaro se le quitaría el hábito de ir al teatro. Después de eso, empezó a ir con Bea, e incluso solo, y hasta se apuntó a clases de teatro en el campus. Se podía decir que su vida había cambiado bastante gracias a los caprichos de Álvaro, aunque si le preguntabas, lo que más le gustaba era salir de fiesta.

—Ya — rie el chico— Nos tenemos que ir yendo ya, justamente me acaba de llamar Álvaro. Está abajo con Bea.

—Vale.

Paul y Juanjo se habían tirado toda la tarde practicando la obra de teatro en la que Paul actuaba. Juanjo solamente hacía de todos los personajes, intentado ayudar a Paul aún sabiendo que se lo sabía de memoria, pero igualmente se lo pasaba muy bien.

𝐆𝐎𝐃 𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐊𝐍𝐎𝐖𝐒 ;; juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora