CAPÍTULO 10(PARTE II)

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—Touché, pequeña. Está en lo cierto, porque lamentablemente hace tiempo dejé de ser un caballero. Prefiero ser un truhan, o mejor dicho un bandido como me llaman a mis espalda. Aunque la realidad sea mucho menos interesante, y soy simplemente un navegante. Créame que ser infame, es mucho más interesante, divertido, y doblemente gratificante. A menudo imagino que mi difunto padre, debe estar revolviendose en su tumba.

Lilian lo miró boquiabierta.
Quería contestar, decir alguna frase elocuente, ser locuaz y amedentrar al noble para ponerlo en su sitio. Pero solo fue capaz de abrir y cerrar la boca, pensando que a Georgiana difícilmente le pasaría lo mismo. Ella nunca se quedaba callada.

De cualquier forma antes de que ella pudiera salir de su bochornoso aturdimiento, el se inclinó en una reverencia exagerada que hizo levantar las cejas a más de un invitado entrometido, y con tono pícaro pronunció:

—¿Entonces qué dice, me concederá está pieza milady?

Era un vals.

Lilian pasó después de ese día, muchas noches rememorando el preciso momento en el que percibió las manos grandes y delgadas del hombre tocando su cuerpo, aún a través de los guantes que ambos llevaban puestos. Él no tuvo que hacer más, para que volviese a sentir el cosquilleo prohibido que había experimentado cuando la había besado.

Su mano tembló levemente en la suya sin que pudiera reprimirlo, y por varios minutos fue incapaz de elevar la vista.

Sentia su otra mano apoyada en su cintura, ejerciendo presión cuando la guiaba en un paso, quemando cada trozo de piel bajo su vestido. Y a pesar de intentar evadirse de aquel extraño momento, la consciencia de su inmediata proximidad se lo impedía. Él la invadía sin pretenderlo, con la preponderancia de su anatomía fuerte y masculina. Su singular aroma la emborrachaba, olia a madreselva, azahar, miel y a sol. Una fragancia natural que le provocaba con cada inspiración mariposas en el centro de su estómago.

Notaba su aliento agitado acariciandole la frente. Él la rodeaba y colmaba todos sus sentidos al mismo tiempo, haciendo desbocar su pulso y retener la respiración.
Sin saber la razón, tenía la certeza de que el joven estaba escondiendo una sonrisa, divertido con su fragante muestra de inexperiencia y timidez.

La melodia que la orquesta estaba interpretando comenzó a ir increscendo, y ellos dieron algunos giros vertiginosos que hicieron a la falda de su vestido elevarse y rozar la tela de los pantalones del caballero. Sus pechos y piernas se acariciaron levemente, pero lo suficiente para que Lillian perdiera el paso y sintiera que el aliento se le cortaba.
Él la estabilizó sin esfuerzo.

—La última vez que me miré en un espejo, pude comprobar que mi aspecto no es tan feo como para justificar que evite mirarme de manera tan efectiva. ¿O es que se siente obligada a ser mi compañera de baile?

Lilian alzó la vista de inmediato al oír su tono contrito. Esa pregunta buscaba indagar en algo más que una conversación causal. Podía ser que él también hubiese llegado a la conclusión de que ella lamentaba haberle permitido besarla. La mera suposición acrecentó su nerviosismo. Aunque no pudo mirarlo directamente a los ojos, sí vio su mandíbula y sus labios cincelados. El pequeño lunar que tenía sobre el labio superior fue el punto que la atrapó como si de tratara de un embrujo.

—No, claro que no, milord. Solo es que...es la primera vez que bailo un vals. No es común que las damas lo hagan, sin haber tenido aún una primera temporada. Se debe tener autorización de las matronas y encontrar la ocasión para ello.

El caballero no respondió de inmediato. Lilian supuso que su respuesta podría engañarlo, y así podría achacar su actitud a un nerviosismo lógico. Rogaba que así fuera, porque si sus verdaderos pensamientos estaban siendo evidentes, se sentiría humillada sin remedio.
Él no parecía para nada afectado por su mutua proximidad. La guiaba en los pasos con la destreza de un bailarín experto.

Conquistar a un lord*RETIRADO 31 DE MAYO 2024*On viuen les histories. Descobreix ara