Reseña 19 (lite) Galletas para un corazón malherido

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Pauso aquí para apreciar cómo conocemos al personaje a través de su propio hablar, pensamientos y las escenas, sin caer en presentaciones cansinas que tardan en ser demostradas. La obra en sí es bastante visual a la hora de ser contada y eso se nota principalmente con los personajes (y para mí no hay nada más importante que ellos). Cupido nos revela una persona muy acorde a lo que su esencia consiste: un sujeto con el ego viajando entre las nubes, pero al mismo tiempo capaz de aterrizar, especialmente cuando debe observar y valorar el corazón de otros.

Ya hablaremos más de este travieso.

En vista de varios proyectos exitosos, como una aplicación de citas que seguramente ha sido el portal de muchos amores, Cupido, un exitoso empresario, ha creado una receta para unas galletas que promete forjar el amor hasta en el ser más desalmado. Con una seguridad inquebrantable en lo que sus manos crean, no cabe duda de que todo será un logro.

Pero no lo será.

De alguna forma desconocida sus galletas provocan el efecto totalmente contrario: romper corazones, destrozar amores por doquier, y no solo eso, ya que dañar un corazón no solo resulta en el rompimiento de alguna relación amorosa, sino incluso familiares y hasta de todo tipo. Tendremos como resultado una marejada de problemas que se harán notar muy pronto y a hordas de personajes afectados que coindicen en el hecho de que las galletas han sido las responsables de sus males, ya que todos la han consumido. Cupido se trasforma así en el blanco de sus quejas. El conflicto escalará de tal forma que enfrentará a carabineros (policía chilena), a la PDI y será llevado preso, además de que en el Olimpo se sabe lo que han hecho y no es que estén muy felices.

De esta forma el éxito de Cupido, su imagen, hasta su propio ego, se ven amenazados. Sin embargo, la obra está lejos de ambientarnos en una tensión oscura, sino que sabe darnos aquello que nos prometió: comedia, fusionándola con el conflicto de modo que logra mantener la verosimilitud necesaria. Cupido tiene una y mi ocurrencias que me arrancaban carcajadas a cada momento. Y al estar todo narrado en primera persona, podemos ir conociendo la historia mientras vamos viendo sus pensamientos, monólogos consigo mismo, sus exclamaciones, sus discusiones mentales con otros, sus autocríticas y autopercepciones (las que no dejan de sentirse con un toque de espectáculo). Para mí era como ver a un desmadre hecho hombre, quizás incluso como esos adolescentes que aún están creciendo, comenten mil errores, pero se hacen querer de algún modo.

Al visitar el Olimpo de manera obligada para enfrentar a su madre y a Zeus, seguimos encontrando escenas cómicas, pero también adorables mientras no se olvida del problema que hay que resolver.

Por otro lado, fue de mi total agrado ir conociendo un poco más de deidades, pues además se dispone de un pequeño glosario al final de los capítulos.

Aunque no vemos mucho a los demás dioses (por el momento), Zeus se muestra como un padre riéndose de las travesuras de un hijo, así como también sintiéndose orgulloso de su crecimiento. Al tiempo conoceremos a los hermanos de Cupido, Apolo y Anteros, el primero ha sido como su más grande archienemigo, el segundo alguien más tranquilo que nació para corregir sus errores y falencias.

Debo felicitar a la autora en la inserción de estos dos personajes, ya que gracias a la habilidad de Cupido podemos ver los corazones de ambos mientras duermen en una escena. Este viaje al interior me regaló cierto peso en el pecho, llevándome a recordar cuán buenos somos para juzgar acorde a las apariencias, pero cuánto cambiaría esto si pudiésemos ver un poco más allá del simple rostro.

Apolo es como un pequeño bullying personificado, alguien que siempre está pendiente de Cupido, de sus errores, para deleitarse con ellos y echárselos en cara. Aunque no se llegue a generar toxicidad gracias a su influencia, sí se hace sentir molesto y odioso. Pero en el final del camino no deja de ser hermano de Cupido, y al descubrir lo que alberga, vamos notando que hay una raíz que alimenta su rencor, algo dañado que produce su comportamiento. Arteros, en contraparte, alguien que parece mucho más calmado, también levanta una preocupación en el lector al demostrarnos que esconde una especie de vacío y desolación. Sentí de forma indirecta que la condición de estos chicos también puede ser una labor de Cupido a mejorar, enriqueciéndose así el objetivo primario de la obra.

Construyendo libros. [Críticas y reseñas]Where stories live. Discover now