—Es complicado... —mi voz suena más firme de lo que me siento en realidad.

Lewis arquea una ceja con curiosidad.

—¿Complicado? ¿En qué sentido?

Tragó saliva, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

No es complicado amar a Saya. El amor que siento por ella es tan intenso, tan abrumador, que a veces me consume por completo. Cada mirada, cada roce, enciende algo nuevo dentro de mí, haciéndome desearla más de lo que puedo expresar con palabras.

Lo complicado es el no poder demostrarlo diariamente. Su padre es una figura influyente y poderosa en mi mundo, y si descubriera que estoy incumpliendo sus reglas de no acercarse a su hija, las consecuencias podrían ser catastróficas.

Es como caminar por una cuerda floja, equilibrando cuidadosamente nuestros sentimientos mientras tratamos de mantenernos ocultos a los ojos del mundo.

Pero a pesar de todos los obstáculos y los peligros que enfrentamos, no puedo evitar amar a Saya con todo mi ser. Ella ha cambiado mi vida de formas que nunca hubiera imaginado, y cada momento a su lado vale la pena, a pesar de las posibles consecuencias que pueda haber.

Principio del formulario

Pero no iba a decirle todo eso a Lewis.

—Ya sabes, es la hija del jefe. Y no sé qué pasaría si su padre descubre lo nuestro. —Simplifique.

—Todo lo bueno es complicado, colega. —el piloto asiente con comprensión, pero una chispa de diversión brilla en sus ojos. —Espero que puedas resolverlo.

Asiento, agradecido por su discreción con nuestro secreto, y seguimos adelante para unirnos a los demás invitados.

El resto de la noche pasa en un torbellino de risas, brindis y baile.

Intento mantenerme ocupado, conversando con otros pilotos y miembros del equipo para distraer mi mente de la presencia de Saya. Pero cada vez que la veo de reojo, mi corazón da un vuelco.

Finalmente, cuando noto que Toto y Susie se alejan de su lado, me acerco con pasos tranquilos a su mesa y me acomodo en la silla libre a su lado.

Su cabello rubio brillaba bajo las luces tenues, y su mirada encuentra la mía con una intensidad que me deja sin aliento.

—Hola, Georgie. —dice suavemente, su voz llena de emoción, mientras deja de beber de su copa de vino. —¿Estás disfrutando de la fiesta?

Trago saliva, luchando por mantener la compostura frente a ella.

—Es una gran celebración.

Saya sonríe, pero hay algo en su mirada que me hace preguntarme si está pensando en lo mismo que yo.

—Sí, lo es. —dice, su voz apenas un susurro. —Aunque es jodidamente aburrido estar sentada.

—Es una boda, Saya. —me río, dando una mirada a nuestro alrededor. —Probablemente en un rato todo el mundo se dirija a la pista de baile.

Encontré sus ojos con una sonrisa mientras ajustaba mi cuerpo en la silla a su lado, mis piernas se abrieron mientras la miraba de forma desafiante.

—Tampoco parece que te estés divirtiendo. —comentó.

Deslicé mi mirada por su cuerpo de forma distraída, antes de responderle.

—¿Toto te deja beber? —pregunte, señalando la copa que aún posaba en su mano.

Ella levanta los hombros con desdén.

—El vino es tan bueno, no debería desperdiciarlo, ¿Verdad?

Volví a soltar otra pequeña risa, mientras dejaba caer mi mano de forma casual sobre su rodilla y provocaba que la piel de Saya se erizara justo debajo de mis dedos.

Lover of mine | George RussellWhere stories live. Discover now