Y algún día, cuando menos me lo espere,
ya no tendré nada.
No me podré levantar cada mañana
para disfrutar de cómo mi padre me hace el desayuno,
mientras saboreo el fuerte sabor del jugo de naranja
recién exprimido.
Ni divisar a pocos metros de mí aquel mundo
espectacularmente azulado y enigmático,
rociado por ese dulce olor a sal del Mediterráneo,
que se propaga como fuego por mis fosas nasales.
Tan tranquilo y tan bravo a veces,
como inmensas sus aguas.
¿Qué será de mí cuando la brisa salada y el olor
a sardina recién hecha no entren por mi ventana?
No podré besar a mis abuelos,
ni envolverlos en un abrazo cada noche
antes de dormir,
no podré decirles cuánto los quiero,
ni podré irme con ellos,
ya que cuando no tenga nada,
tampoco estarán ellos.
Y gritaré que los extraño a los cuatro vientos
mientras mi vida se queda en grumos,
como la naranja del desayuno.
Cuando eres pequeña, y todavía no sabes lo que te depara.
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Senderos de cenizas
PoetryEste poemario se puede definir como un baile de luces y sombras. Una travesía movida por lo caótico hacia la evolución del ser humano entre el valor de poemas antiguos y la reivindicación de los nuevos. Un alegato feminista, de amor propio y de salu...