El ocaso de los ídolos: como este mundo verdadero terminó siendo una fábula

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Miku intento negar esa afirmación: —No sé a qué se refiere. Mi nombre es Yomiko Readman. Mi visita tiene un interés, quiero saber sobre ese encuentro que tuvo con Heidegger en los años 40 y como se desarrolló la filosofía en Japón en tiempos de la postguerra— intento basilar y cambiar el tema pues empezó a temblar de miedo por las palabras de su profesor.

—Usted no es buena mintiendo. Yo tuve un amigo latino llamado Wojtek conversábamos sobre Filosofía y problemas coyunturales y en una de esas conversaciones nombró a una chica japonesa que estaba aprendiendo Filosofía y que de repente agarró un gusto por Spinoza. Lamentablemente la Yihad islámica lo mató. Años después usted apareció con todas las características que dio mi amigo, pero usted esta registrada con el nombre de Yomiko Readman. Usted tiene todas las razones para cambiar de identidad puesto que busca iniciar una vida nueva, pero lastimosamente hay que afrontar a los fantasmas del pasado, cof, cof, cof...— continúo hablando el profesor Nishida con gran dificultad.

—Tiene usted razón, mi nombre es Miku Nakano. Perdí al chico que más quería porque el maldito eligió a mi hermana Yotsuba. Mi amiga Lita murió para que yo inicie una nueva vida. El profesor Wojtek fue ejecutado antes mipor los yihadistas y su esposa salvó a mi hermana Nino. Y ahora que mi vida comienza a tener sentido, gracias a la Filosofía y a los consejos que me dieron aquellas personas,  empieza a desvanecerse. Veo que la felicidad y el sentido de la vida son efímeras— respondía Miku a su profesor mientras le ayudaba para que pudiera sentarse logre respirar sin dificultad.

—No se preocupe. Sé lo que pasaste, fuiste noticia nacional, todos creen que fuiste raptada por un ajuste de cuentas. Tu hermana Nino  decidió buscarte y se entregó al activismo político en favor de los derechos humanos de la mujer. Y tus otras hermanas continuaron con sus vidas, menos tu hermana Itsuki, ella es profesora pero desde que fue a trabajar a un pueblito pobre olvidado de Japón se convenció de que tenía que cambiar la realidad. Un colega suyo le obsequió El libro rojo de Mao Tse-tung  y en consecuencia decidió unirse al Partido maoísta leninista. Sería hermoso que puedan reunirse— le informó a grandes rasgos la vida de sus hermanas mientras trataba de ponerse de pie.

—Desde que Yotsuba se casó Itsuki decidió irse muy lejos a trabajar. En sus cartas decía que estaba bien. Nunca mencionó que se había unido al Partido maoísta leninista. Supongo que debe ser para cuidarnos. Pienso que fue más lejos para olvidar a Fuutarou, pero me alegra que haya tomado esa decisión. Por otro lado, estoy algo perpleja por como usted conoce mi vida personal— comentó Miku mientras trató de ayudar a su profesor para que pueda caminar.

—Tras tu desaparición fuiste noticia nacional, y muchos datos empezaron a circular sobre tu familia. Se crearon leyendas urbanas sobre tus padres y tus hermanas, tal vez por eso tus hermanas decidieron tomar caminos diferentes. El sr. Nakano se suicidó tras un escándalo de negligencia médica y no soportó la culpa de darte por desaparecida pese a todos sus esfuerzos de encontrarte.  Por otro lado, me sorprendió tener una alumna modelo en el ámbito de la filosofía, asocié algunos rasgos que me describió Wojtek sobre su estudiante japonesa y concluí que eras tú, la famosa Miku Nakano que todos buscan que con su nueva identidad, Yomiko Readman, empezó a deslumbrar en el mundo académico de Japón.

Miku se sonrojo por palabras de su profesor, pues le describía su vida en cuadritos. El miedo empezó a invadir a la pobre muchacha, pensó que fue una mala idea haber ido al hospital para saber el estado de salud del profesor Nishida.

—No temas— continúo hablando su profesor  —tu secreto se muere conmigo. En Japón corres peligro, pues existe gente que te está buscando para ajustar cuentas. En los diarios salió una noticia de una joven llamada Misuzu Gundo que juró buscarte y también que la pagarían muy caro aquellas personas que mataron a su amiga Tomo Aizawa. Seguí el caso de lejos y puedo decirte que ella está tras tus pasos. Está en Kioto en la facultad de sociología. Es mejor que salgas lo más rápido posible. Ve a mi oficina, en mi escritorio encontrarás un sobre que contiene una recomendación para que vayas a Alemania y puedas ingresar a la escuela de Frankfurt. También te deje una sorpresa. Miku,  quiero descansar un momento, no distingo si es de día o de noche— habló su profesor con gran dificultad mientras experimentaba esa sensación de la muerte.

—Profesor Nishida es mejor que se recueste y no realice esfuerzo alguno—  le dijo mientras le ayudaba a regresar a la cama.

—Gracias Srta. Nakano. Mi hora ha llegado, tú perteneces a esa generación que está viendo morir a grandes personalidades que son considerados ídolos. Estás viendo y viviendo el ocaso de los ídolos. A tu generación le toca cuestionar todo lo que ha producido la Modernidad. Nosotros hicimos de este mundo una fábula. Ustedes tienen que transmutar los valores dando paso a una Transmodernidad en dónde un mundo se posible para otros mundos. Huye de aquí, ve a Alemania e ingresa a la Escuela de Frankfurt. Sé que realizarás grandes cambios en el mundo mi querida estudiante. Cuídate mucho.....— decía esas palabras con un tono suave mientras entraba en el sueño eterno. Esa tarde la muerte llegó a visitarle para arrancarlo de este mundo. Falleció en los brazos de Miku.

—Profesor Nishida, ¡no se muera! ¡por favor! ¡Despierte! ¡Abra los ojos! ¡Su hora no ha llegado! !Tengo mucho que aprender, por favor no se vaya!— le gritaba a su difunto profesor para que despierte.

Miku dejó al profesor en la cama y se aproximó a la ventana y vio que la multitud se dió el modo de ingresar al hospital. Inmediatamente se acercó a la mesita que estaba al lado de la cama del profesor y empezó a buscar las llaves de la oficina del profesor Nishida, luego salió de ahí a toda prisa hacia la universidad en busca del sobre que le había mencionado su maestro.

—!pies no me fallen! ¡Está sensacion me hace sentir que estoy viva!— gritaba para sus adentros mientras huía por las gradas de emergencia.....

Fin del octavo capítulo....

Amor sin piedad: De La Deconstrucción Del Amor Humano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora