— Ya voy —Me levanto para dirigirme al baño pero mi hermano vuelve hablar.

— ¿Sabes que en algún momento tendrás que hablarlo, cierto? —Claramente se refería a mis pesadillas. No quería darle la razón pero la tenia. Si quería hablarlo pero aún no, ese sueño seguía siendo muy borroso para mí así la única que podía reconocer era mi madre.

— En algún momento, ahora no. —.

— Terca —.

— Metido —.

— Solo me preocupo por ti —Volteó a verlo, su rostro estaba más tranquilo aunque se le notaba su preocupación.

Mis hermanos y yo nos preocupamos mucho por los nuestros, somos unidos y sabemos que si uno de nosotros le pasa algo, hay que solucionarlo entre todos. Así nos criaron madre y padre, lo cual les agradezco mucho.

— Estaré bien Thom, siempre lo estoy —Me acerqué para darle un abrazo y él con cariño me lo recibió.

— Hueles a Animal —Me río ante su comentario.

— Yo también te amo —.

Me alejo de mi hermano para dirigirme al baño para arreglarme. Me ducho, me visto y empiezo a cepillarme el cabello para dejarlo suelto mientras se termina de secar. Antes de salir del baño me pongo un collar que me dieron mis padres el año pasado que tenían la letra "M" de mi nombre.

Miro mi reloj y eran las siete, entonces aproveché para arreglar un poco mi cuarto y mis maletas. Hoy empiezo en Hogwarts, aunque en cuarto año. No había entrado antes ya que mi madre quería ver cómo me iba con la educación en casa pero al ver que me estaba aburriendo por no compartir más con mis hermanos o personas de mi edad, decidió mandarme a Hogwarts. Lo admito, me gustaba la educación en casa porque me sentía más cerca de mis padres pero me gustaría también estar rodeada de estudiantes.

Al acabar de arreglar mis cosas, me doy cuenta que faltaban cinco minutos para las siete y media, así que lance un hechizo para terminar de cerrar mis maletas y ponerlas en el pasillo.

Salgo hacia el pasillo y me choco con mi sirvienta, aunque la consideraba más como una amiga a pesar de la diferencia de edad.

— Señorita María buenos días —Me saluda con mucha formalidad y me sonrío. Odiaba que después de muchos años ella siguiera siendo formal conmigo, no me gusta que me titubeen, me siento vieja.

— Sabrina, no me digas señorita, dime María —me río haciendo que ella también lo haga.

— Lo siento María, aún no me acostumbro —.

— ¿ocho años y no cambias eh? —.

— Solo intento respetarla, es parte de mi trabajo —Dobló mis ojos para después sonreírle. Lo respetaba pero que no lo hiciera conmigo —Cambiando de tema, ¿quería saber si ya puedo bajar sus maletas? —.

— Si por favor , te lo agradezco. Nos vemos más tarde —me despido para dirigirme al comedor en donde me estaba esperando mi familia.

Los Grindelwald a sido una familia muy respetada durante siglos, más que todo desde hace años que mi abuelo fue uno de los magos mas tenebrosos que a tenido el mundo mágico. Hace unos años lo capturaron y en estos momentos está en Azkaban. Pero bueno, esa era otra historia por contar más adelante.

Al llegar a la habitación del comedor, Podía ver que mis tres hermanos ya habían llegado.

Las sillas de mis padres estaban en los extremos y vacías. Mi hermano mayor Thom estaba sentado al lado izquierdo de mi padre y mi otro hermano Jasper, el mellizo de Thom, estaba al lado derecho de mi padre. En cambio mi hermana menor Lina se sienta al lado derecho de mi madre y había un puesto vacío al lado izquierdo el cual era el mío.

ADDICTED BROWN EYES M.R.Where stories live. Discover now