[Parte 3]

402. Tears

  Sin embargo, no era la emoción de Yuder. La intensidad del sentimiento era tan fuerte que casi parecía dolor, y Yuder se quedó perplejo al darse cuenta de que emociones tan poderosas asaltaban al hombre que parecía tan hermoso y tranquilo.

"...Comandante".

"¿Hm?"

"¿Pasa algo?"

"Han pasado muchas cosas".

  El hombre respondió como si hubiera estado esperando la pregunta.

"Tengo que encontrar la manera de ayudar a Su Majestad, sobre todo porque parece que planea utilizar con frecuencia su nueva habilidad. También tenemos que discutir cómo utilizar el cadáver de monstruo obtenido durante la intrusión, y según los informes, la cosecha en Peletta es tan buena este año que su almacén está lleno. Tendremos que encontrar una solución. Además, ha llegado una reliquia de Nelarn que hay que examinar".

  Dejando de lado los demás asuntos por el momento, el último punto llamó su atención.

'Una reliquia de Nelarn... Según el Príncipe Ejain, es del sabio ciego, presuntamente del archimago Luma. Así que finalmente ha llegado'.

  Si de verdad era un objeto relacionado con Luma, naturalmente despertaría su interés.

  Sin embargo, ninguno de estos asuntos explicaba la turbulencia emocional que había percibido en Kishiar. Comparado con eso, una reliquia parecía trivial. Yuder dejó escapar un pequeño suspiro y habló.

"Si Su Majestad está buscando métodos para utilizar y entrenar sus habilidades Despertadas, recopilaré técnicas de entrenamiento efectivas de nuestra Caballería y las presentaré. Puede que no sepa cómo utilizar el cadáver del monstruo, pero he reunido algo más de información sobre los presuntos intrusos de la Estrella de Nagran, que puedo compartir ahora. En cuanto al asunto de la cosecha... ¿Por qué me miras así?".

  Pensaba que había hablado como solía hacerlo, pero los ojos de Kishiar eran peculiares.

"Sólo pensaba en que parece que te has recuperado de verdad".

"Enon dijo lo mismo antes".

  Kishiar se sentó junto a la cama de Yuder. Yuder no evitó la mano que extendió hacia su mejilla. La punta del pulgar rozó ligeramente bajo sus ojos, que ya no brillaban dorados, antes de retirarse.

  A través de ese toque, Yuder se sintió seguro una vez más.

'Algo es realmente diferente'.

  Yuder, que rara vez dudaba en decir lo que pensaba a alguien, lo encontró diferente al enfrentarse a Kishiar. Miró fijamente al hombre, tan experto en ocultar sus sentimientos, y habló con firmeza.

"He oído que esta mañana has recibido el poder divino del sacerdote Lusan".

"Te lo habrá dicho el farmacéutico".

"Así que algo pasó, ¿no?"

"Hm... Hay una carta que llegó junto con la reliquia del príncipe. ¿Te gustaría recibirla?"

  Una pequeña carta salió del bolsillo de Kishiar. Yuder la aceptó pero la dejó a un lado sin siquiera mirarla.

"Comandante".

"Sí, ya sé por qué lo preguntas".

  Finalmente, Kishiar levantó ambas manos y volvió a sonreír. Sin embargo, esta sonrisa se desvaneció casi tan rápido como había aparecido.