El artefacto

8 0 0
                                    

Me encontraba en el verano de 1994 con un calor tremendo cerca de celebrar mis 15 años, con aspiración a ser un gran astrónomo, mostrado gran habilidad con la Mecánica eléctrica más no en astronomía, pues, con la contaminación lumínica no podía ver mucho, pero esto jamás me detuvo a crear mis propios artefactos, como lo fue mi primer telescopio el cual construí con solo 6 años, lo que poco le importo a mis padres, pues decían que copiar algo ya hecho no era extraordinario, más cuál fue su sorpresa cuando realicé mi primer y actual vehículo móvil todoterreno con un motor particular de 7 cilindros siendo en séptimo más que un cilindro un motor aparte más pequeño que servirá para evitar sobrecalentar el motor a la hora de impulsos bruscos, ganando mi apodo como Chisper, en alusión a Casper, pero esto jamás me lleno, pues yo quería ser un astrónomo y no un simple ingeniero eléctrico que seguramente se convertiría en un mecánico de cuarta reparando autos junto a mi tío Omar chaparro, apodado así no por ser comediante, sino que era de baja estatura en sí,

Pero para evitar eso, decidí ir a un lugar con menos contaminación y así poder apreciar mejor las estrellas mientras estuviera de vacaciones. Aquel lugar se llamaba Zamora una ciudad cuanto más aburrida, digo comparándola con ciudad de México, donde me recibieron mis tíos Zenón y Zenaida quienes me acogieron muy amablemente, al caer la primera noche no perdí el tiempo y me puse a observar el cielo nocturno, era muy hermoso logre ver muchas le las cosas que jamás había visto en CDMX, pero repentinamente mientras había logrado observar la constelación de Orión cruzó ante mi vista un deslumbrante objeto cayendo del cielo, que calculando la distancia había caído en el cerro de la vista que aunque era alto con mi vehículo geox 2 no sería problema.

A las 11 de la noche marche para documentar este suceso sin importarme mucho la hora, pues podría ser mi primer gran descubrimiento; tarde dos horas llegando en el geox, pues el terreno era empinado, más al llegar a la cima vi algo increíble que hubiese sido imposible de creer, pues no existía cima alguna, había desaparecido y en el centro de ella había un cubo metálico con marcas extrañas, al entrarme una gran curiosidad y ver que al tocarlo no había peligro alguno decidí llevarlo para su estudio.

Una vez en casa dormí esperando poder estudiarlo al día siguiente, pero... No hubo día siguiente, desperté en una gran sala blanca junto a otros 5 individuos mayores que yo, nos comunicamos todos por pensamientos escuchando lo que el otro decía sin poder expresarnos con la boca, cuando mire mi mano y la de los demás note que teníamos un brazalete muy grande con las mismas marcas de ese cubo, momentos después se abrió una puerta al final de la habitación entrando por ella lo que habría creído imposible sin antes verlo, efectivamente eran alíens, esos mismos seres de los cuales yo mismo niegue su existencia, hablando nuestro idioma solo para decirnos un par de instrucciones sobre el artefacto que teníamos en la mano explicando que siguiéramos el entrenamiento al pie de la letra.

Si bien no estábamos en la posición de poder quejarnos todos tuvimos pensamientos sobre lo que dejaríamos en nuestro planeta, pues ya no estábamos más en casa y todo lo que éramos y conocimos ya no sería lo mismo, pero al no tener alternativa realizamos el mismo entrenamiento durante dos años descubriendo con el tiempo que era una especie de arma muy sofisticada, saciando nuestra hambre con la espesa e insípida masa que nos proporcionaban estos seres. Pero un día como cualquier otro en esa lúgubre prisión nos llevaron a todos a un gran campo abierto donde nos reunieron con unos 300 humanos más, desconcertados empezamos a conversar unos a otros separando al grupo que conocía, mientras podía ver como entraban alienígenas a lo que parecían asientos por encima de nosotros y antes de poder procesar lo que sucedería, se escuchó una voz la cual dijo sin remordimiento "tienen que matarse" desconcertando a todos los presentes mientras que la voz hablando por segunda vez explico lo que había que hacer "maten a todos los presentes y quien sobreviva tendrá derecho a vivir" un silencio invadió el lugar seguido de un grito entre la multitud, así es un grito nuestra voz había regresado empezando así la masacre más horrenda que hubiera presenciado, impactado me quede quieto mirando como los demás se masacraban unos a otros mientras que en mi miedo me escondí bajo los cadáveres de las demás personas esperando mi salvación, pero no duro mucho mi plan, pues escuche muy cerca como un hombre recargaba su arma en busca de mi muerte, pero yo era muy joven para morir así que en menos de un segundo levante mi arma apuntando a la cabeza de aquel hombre mientras que antes de darme cuenta ya había presionado el gatillo, el cráneo de aquel hombre quedo destrozado manchando todo el suelo con sangre, sangre que yo había derramado convirtiéndome en un asesino, pero al ver más haya de su cuerpo había un niño de solo 6 años de edad quien estaba llorando fuertemente abrazando al hombre, pero antes de poder procesar lo que mis ojos habían visto oí otra arma recargarse detrás de mí, por lo que por instinto me di la vuelta disparándole dos veces al otro hombre, pero esta vez no fui tan rápido, mi brazo había quedado destrozado y en mí había un agonizante dolor, pero tras esto descubrí que el primer hombre al que le dispare no me apuntaba a mí, sino a él otro hombre quien seguro estaba dispuesto a matarlo a él y al niño demostrando que aún quedaba alguien con moral en el lugar y había sido yo quien lo mató, abrace al niño mientras el dolor me consumía por dentro siendo ahí donde decidí que debíamos escapar.

En las paredes pude ver como había una rejilla detrás de ella había un mecanismo cuánto más interesante en vez de cable eran conductores hechos de platino con un aro de cobre que juraba a gran velocidad, ¡bingo!, un mecanismo electromagnético al verlo mejor pude ver los solenoides que cerraban el circuito y dado a mis conocimientos pude deducir que si lograba invertir el flujo magnético lograra una explosión que podría abrir paso a una salida utilizando la energía que había en una de las armas de un cadáver logre invertir el sentido del motor de cobre siendo cuestión de un disparo para la explosión, dispara al mecanismo dando como resultado en una explosión más grande de lo previsto.

Corriendo con el pequeño, logre escabullirnos por un ducto estrecho en el que no cabría un adulto saliendo por un pasillo diferente, no sin antes ser descubiertos por un alienígena, si bien no podía dejar que nos atrapara, no le quedaba energía a mi artefacto, dejándonos sin posibilidad de pelear, pero el misterioso ser parecía querer llevarnos a oro lugar y sin dejarme opción lo seguimos hasta una sala pequeña con lo que efectivamente eran naves espaciales metiéndonos a cada uno por separado en una y dándonos un mensaje en nuestro idioma "nunca vuelvan". Disparó las naves enviándonos rápidamente a una velocidad superior a la de la luz observando a la galaxia Marcarían 348 que estaba a más de 287 millones de años luz, viajando en menos de una hora haz mi reconocible tierra, al bajar de la nave el artefacto se calló de mi mano mientras mi brazo volvía a la normalidad y mi ropa se volvió la misma al momento en que reducía mi altura, revisando mi bolsillo aún tenía mi teléfono por lo que lo saque para comprobar la fecha dando la gran sorpresa de que era la misma hora y día en que me fui, regresando a casa con una historia que nadie creería.

El artefactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora