𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧

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Asimismo a ella tampoco le gustó oír aquel nombre salir de los labios del chico.

―Esa mina es una tarada, por dios ―rió con sarcasmo― a ver si dejas de pensar con las hormonas, pedazo de pelotudo.

Se había enviolentado.

―¿Y qué me deci' vo'?, reacciona nena, me das bola cuando quere' ―le respondió con una notable frustración desprendiendo de su habla.

―Me chapas y después te vas con esa taradita a hacerle lo mismo y peor ―escupió con asco.

―¡Entonce' cómeme la boca y no te queje'! ―alzó sus manos, con obviedad.

La chica negó con enojo.

―Andate a la mierda, Danilo.

―Anda' vo', te cuesta banda boludita ―exhaló con pesadez.

Micaela camino lejos de este, o eso intento. El nombrado la agarro por el brazo y la tironeo hacia donde él estaba.

―Te dije que me chape' boludita.

―Y yo que cierres el orto y te vayas a la mierda ―sonrió falsamente.

Sin más revuelos Danilo junto sus labios, sellando el deseo que se tenían mutuamente y demostrándolo, dado a que con pasión sus labios se besaban al compás.

La tomo por las caderas y siguió su chape. La chica al principio no correspondió, pero no tardo en seguirsela y despeinar todo el cabello recién peinado del pibe.

―A ver si ahora te importa como te vea esa enfermita.

Este rió, encantandole la energía salvaje que demostraba la rubia. Deslizo sus manos por las curvas de la muchacha, tacteandolas en una caricia, mientras esta entrelazaba sus manos en el cuello del chico en un especie de abrazo meloso y cariñoso en otro sentido.

Se separaron por falta de aire.

―La puta madre nene, me sacaste todo el balsam-

Danilo se atrevió a lamer los labios de la chica. Esta, más que con placer, con algo de enojo lo empujo.

―¡Me estás sacando la manteca de cacao idiota!

―U-u' boluda, deja' de joder ―sin más la agarró por la cabeza y la acercó a su caliente cuerpo.

El castaño apretó el seno de la chica, sonriendo entre beso. La ojiazul se aferró todavía más al opuesto y este elevó su rodilla hacia la parte intima de la muchacha. Esta con una expresión cálida pero lujuriosa al ver sus intenciones empujó con agresividad la pierna de Danilo hacia abajo, evitando que este en contacto con su zona pelvica.

―¡MICAELA LA PUTA MADRE QUE TE RE MIL PARIO QUE MIERDA ESTÁS HACIENDO PENDEJA DEL ORTO Y DIOS SANTO! ―gritó Pablo.

La nombrada se separó del chico, extremadamente nerviosa.

El chico se seco los labios con su mano, ya que estos tenían rastros de brillitos pertenecientes al bloss de la rubia.

―Le pedí un toque de balsamo don Pablo, no se preocupe' ―sonrió engorroso, con el corazón latiendole a mil.

Por dos motivos sentía que su corazón saldría en cualquier momento de su pecho: estaba completamente asustado por la presencia de su futuro suegro pero también bastante excitado ante la situación de besarse intensamente con Micaela.

―¡QUE MIERDA TE PASA NENE DEL ORTO, VENÍ PARA ACÁ! ―salio a correrlo.

―¡Papá pará, aléjate! ―la chica lo persiguió, abalanzandose a su padre y adhiriendose a este en un abrazo de oso, término que utilizan aveces en el boxeo.

BARDERA  𝒇𝒕. danilo sánchezWhere stories live. Discover now