―Ehh- creo que sí. ¿Por?

―Capaz podemos ir a merendar, o a comer algo.

La ojiazul acepto gustosa.

―Amo ―confeso, aplaudiendo de por medio― entonces a almorzar. ¿A qué lugar?

Una vez charlada y confirmada la información completa ambas entraron a sus respectivas aulas.

El castaño se encargo de molestarla, así como solía hacerlo.

En el recreo Micaela fue al baño para asegurarse que su aspecto no se haya deteriorado con el pasar del tiempo. Sin embargo, al salir de este se encontró con Danilo esperándola fuera.

―E' Micaela ―captó su atención― ¿no tendrás comida para darme? ―preguntó, como una excusa para socializar con ella.

El chico la estaba hartando. ¿Le hablaba para pedirle eso, le fallaba?

―No.

Dispuesta a irse comenzó a caminar, pero una voz femenina la hizo voltearse.

―Hola wacho ―la chica se apoyó al lado del castaño― ¿cómo tas'?

Este miró de reojo a la ojiazul y sonrió, para después contestarle a la otra.

―Yo bien ―se volteó, quedándose cara a cara con la piba que lo estaba tratando de encarar― ¿y vo', linda?

Micaela se quedo paralizada, quieta en su lugar.

―Ahora recontra bien ―acortó la distancia que los separaba― soy Agustina. So' re lindo y me gustaste.

―Mirá vos, también me gustas ―apoyo su mano en la cadera de la femenina, que lentamente fue a parar al orto de esta.

―No pierdas tiempo en este pelotudo, que lo único que hace es pajearse todo el día y joder. Fracasado ―lo miró con un odio palpable, gritando esta última palabra.

El resto del día lo ignoró, por más que este le hablaba y le hablaba.

« ¿Qué mierda le pasa en la cabeza a este pelotudo?, cagon de mierda se va con esa chabona solo porque es más fácil »

No veia la hora de salir despavorida de ahí. No quería ver como Danilo posiblemente le esté refregando toda la cosa a la mina o simplemente como le hablaba.

Le hacía hervir la sangre, y le resultaba muy obvio al chico; ver como se le tensaba la mandibula al verlo, como buscaba cualquier excusa y pretexto para esquivarlo o como lo miraba con disimulo. Parecía estar odiandolo con todo su ser.

A Danilo no le había gustado esa piba, solo quería que la ojiazul reaccione y despabile, porque se había cansado de sus malos tratos. Se lo chapaba y al día siguiente lo trataba mal.

Al llegar a su casa lo primero que fue a hacer fue ir a pedirle permiso a su padre.

―Papiii ―lo llamó con emoción. Lo encontró en su habitación, viendo la tele― ¿me podes llevar a una juntada con una amiga mañana?

―Obvio Mi, ¿a qué hora? ―preguntó para organizarse.

―Ponele que a las doce, para ir a almorzar ―aclaró― va a ser en el lugar que está al frente de la plaza.

Un silencio se hizo presente.

―Mica a esa hora estoy trabajando ―suspiró― perdón.

La chica se quedó quieta, sin saber qué decir. No podía negarse, pues pocos amigos tenía y cancelar una de sus pocas juntadas sería to much.

BARDERA  𝒇𝒕. danilo sánchezWhere stories live. Discover now