II

5 5 2
                                    

Y cuando creí que ya no habría más dolor, mi piel se abrió completa descubriendo mi alma. Expuesta desde el pelo hasta la punta de los pies, me clavaste el último cuchillo como un tiro de gracia directo al corazón. Sentí morir la parte de mi que te adoraba, la que aún creía en tus promesas de que nunca me lastimarías. Te me moriste, morí de ti, moriste en mi como un volcán que se apaga tras tantas erupciones...  

Versos Sin DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora