Capítulo n°40: "Efecto solar".

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--¿Cuál es el misterio? Mejías me pidió encontrarla para que mis hijas continuaran viviendo.

--El rey debe de tenerlas. Es el único heredero capaz de protegerlas. – su voz temblaba un poco. – De acuerdo al decreto de reyes y herederos, sus hijas deben tener una parte. La joya se divide en cuatro partes, tu deberías de tener una como reina de Loto.

Marte asombrada por desconocer una leyenda tan cercana para quienes la rodean, pero eso no era lo importante sino descifrar porque Mejías la quiere.

--¿Qué otra cosa sabes?

--Muchos cuentan por ahí que al unirlas se forma una sola roca con poder suficiente para volver al pasado y poder rescatar lo que queramos, aunque hay un costo para eso.

--En todo hay consecuencias ¿verdad?

Venus asintió, sin embargo, a su amiga no se le esfumaron las ideas intrusivas de su mente. Tampoco ayudaba sentirse excluida por parte de su marido siendo algo sumamente importante para su familia.

--No estarás pensando reclamarle al rey ¿verdad? – detuvo su andar por la sala del trono. – Cree que hay motivos suficientes para mantenerte al margen de dicha información, nada es tan fácil como crees, Marte. Piensa antes de actuar.

Venus se retiró dejándola sola con su perturbadora conciencia. Derramaba lágrimas tomándose la cabeza con ambas manos, signo de frustración por no poder tomar una decisión que no afecte a su familia.

Mientras el rey Neptuno, su concejero y jefe de su ejército intentaban calmar a la ferviente multitud. Antón veía con ojos no grato al jefe por sus indiscreciones en sus palabras.

--Jefe del ejército modere su vocabulario o será expulsado de la asamblea y le daré una suspensión por ser inoportuno. – objeto Kopy alterado, ya que los Lotianos se sentían decepcionados de que el rey tenga personas así en su concejo.

--No volverá a suceder. – tomo la palabra Neptuno. – En este momento Nuco deja de ser el jefe del ejército Flor de Loto y será suplantado por Manny.

A lo que todos a su alrededor aplaudieron y vieron perderse la figura de Nuco enfurecido con todos. Agitaba su capa al moverse y sus largas zancadas lo depositaron cerca de los aposentos de las herederas al trono.

Aunque ese no era el plan opto por hacer de las suyas cuando nadie le prestaba atención a su partida. Dando pasos silenciosos se introdujo en la habitación solamente iluminaba un par de velas y dos cunas de madera yacían a los pies de la cama.

--¡Miren que belleza tenemos por aquí! – exclamo con una sonrisa.

Temblorosamente sujeto a la niña de cabello de noche y la mecía torpemente cuando se removía, pensó que sería una opción válida tomarla como rehén. Así lo hizo llevándosela con él.

Obviamente ni se le cruzo por la mente el revuelo que armaría al desaparecer la hija del rey. Pondría a todo un planeta de cabeza y causaría una batalla inesperada.

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Presente.

El verde de las hierbas es tan reluciente que ciegan los orbes de cualquier mortal. Rojo va rodando por una colina hasta quedar atrapada entre un tronco y piedra, tarda en acostumbrarse a la luz proveniente del astro solar.

--Bienvenidos a la ciudad que nunca oscurece. – diviso a Miurse debajo de un árbol comiendo moras – Deberías salir de ese agujero para continuar con nuestro camino.

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⏰ Last updated: Jan 30 ⏰

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