FEELINGS ✿ rachel green

23. the one with too much goodbyes

━━━ 💗💭..⃗. ❪ episode 23 ❫⁺˳ꪶ
🎀﹏( the one with too much goodbyes )⸼۰˖ ₎₎

❛ i can't believe there's something left in my chest anymore... oh, goddamn ❜

Estaba vestida y lista para ir a buscar a Rachel en su apartamento y así llevarla al aeropuerto, pero antes de poder siquiera atravesar la puerta de mi habitación me di cuenta de que realmente no estaba lista, no mental ni emocionalmente.

No me quedé a dormir con ella para evitar aquella fiesta de despedida. Y ahora, luego de tender mi cama y darme cuenta de que ella no vendría a dormir conmigo de nuevo en un largo tiempo, hizo que necesitara sentarme, y me tomó solo cuestión de segundos que terminara recostada viendo el techo.

Estaban pasando demasiadas cosas de pronto, mucho de lo que despedirme, e irónicamente gran parte de esas cosas eran las que había pedido conservar. ¿Recuerdan mis deseos de año nuevo? Comenzaban a sonar como un chiste.

Nina había descubierto que estaba embarazada y por eso se había estado sintiendo enferma. Incluso me informó que pronto presentaría su renuncia ya que temía que la presión del trabajo (al menos buscó exonerarme de cualquier culpa) le hiciera daño durante el proceso de gestación. No podía culparla, pero me costaría acostumbrarme a otro asistente.

Junto a esto, la reunión que tuve mientras Rachel almorzaba con Mark, había sido para informarme sobre la búsqueda de un compañero permanente para mi durante la presentación del noticiero. Nina me advirtió que esto era un potencial reemplazo. Comenzaba a temer que no fuera porque me tenían un ascenso.

Incluso, el programa que veía con más constancia y muchas veces junto a Rachel, estaba por terminar. Para hacerlo peor, el avance promocional me había hecho llorar, ¿cómo iba a terminar Sex And The City en Paris?

Mi chica americana se iría a Paris y, (seguramente más tarde que temprano) en algún momento dado debía aceptarlo. Con ese pensamiento llegué a su apartamento para ayudarla a bajar las maletas y abordar el taxi que nos esperaba. Tal como una vez nos dedicamos a llevar las compras juntas esa primera vez en mi apartamento.

La encontré llorando, ella también estaba finalmente asimilando por completo lo que ocurriría, y le estaba afectando muchísimo. Entonces yo debía mantenernos a las dos en pie y firmes de la decisión que había tomado.

Eso pensé durante el trayecto en taxi, pero cuando llegamos a la fila de abordaje fue imposible seguir negando la realidad. Ella atravesaría ese pasillo y no sabía cuando la vería de nuevo.

Luego de chequear su boleto y que le permitieran el paso al avión, se giró hacia mi y me abrazó con tal tristeza que comencé a llorar cuando sentí como temblaba. Lloramos juntas, sin intercambiar palabras, ya estaban de más, pero la abracé todo el tiempo que pude antes de que su tacto tuviera que escurrirse entre mis dedos.

No había beso de despedida, eso habíamos acordado en el apartamento luego de que la besara como si fuera la última vez. Realmente sería el último. Así que solo me quedaba abrazarla y buscar que se grabara en mi memoria de forma permanente cada detalle. La textura de su pelo, su perfume, sus dedos acariciando mi espalda, el peso de su cabeza en mi hombro.

Quería decir muchas cosas que sabía no debía, no era momento de soltar una verborragia. No debía decirle que la idea de no verla a diario me mataba, que conformarme con escuchar su voz me era imposible y que esperáramos a envejecer para comprar una casita en Paris y mudarnos juntas.

Por primera vez, ella fue más madura que yo y me detuvo de decir todo lo que pensaba.

— Te amo, Dorothea. —susurró, acercándose a mi oreja al decirlo, así aprovechó y dejó un beso en mi mejilla.