CAPÍTULO 3(PARTE I)

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Lilian maldijo para sus adentros.

Bajo la mirada para obtener tiempo, y pestañó buscando una excusa plausible.
Lo mejor sería apegarse lo más posible a la realidad, porque ella era una mentirosa deplorable.

-Lo siento, arriba no había nadie, y como en la otra ocasión en que nos vimos, lo ví salir de esta dirección, yo seguí ese camino y llegue hasta aquí. -lo dijo con tono contrito, y luego alzó la vista para verlo con sus ojos agrandados de pesar. - ¿A caso hice mal, está molesto? Si no quiere verme, me iré de inmediato.

Eric sacudió la cabeza negando.

-No, no. Claro que quería verte. No estoy molesto, no. Solo que me sorprendió verte aquí. De hecho me asombra que aceptaras mi invitación.

Lilian sonrió para sus adentros. Él nefasto hombre había caído en su trampa. No había descubierto que ella era la misma persona a la que había apuntado con un arma. Al parecer solo tenía que ser lo timida que ya era por naturaleza, y eso lo distraería lo suficiente como para salir de esa situación y volver a la seguridad de su casa.

-Bueno, lo importante es que estoy aquí. Creí que no volvería a encontrarlo.-le confesó sonriendo lo más encantadora que pudo.

Eric la miró con intensidad y ella se sonrojó está vez de manera espontánea.

-Tienes razón. Te esperé cada noche, y ya casi había perdido la esperanza de que vinieras. Pensaba que si me buscabas hace unos días no me encontrarías, ya que tuve que viajar a Londres de manera imprevista y apenas he regresado.

Lilian asintió. Claro. No le creía una palabra sobre ese viaje. Seguro había estado distribuyendo la mercancía junto a sus secuaces. Ella había llegado tarde, pero tenía que ganarse su confianza y esperar a que volvieran a traer más carga. Habían dicho que esperaban otro barco. Solo era cuestión de tiempo.

-Lamento haber demorado, pero mis señores me tenían muy ocupada.

Él tomó su mano, y ella agradeció haber venido vestida está vez como doncella, porque el traje del mozo se había echado a perder en su anterior excursión.
El no llevaba guantes tampoco y sus pieles entraron en contacto, ocasionando que sintiera un estremecimiento. No sabía si él también lo sintió, pero no pudo evitar ruborizarse todavía más.

-¿Dónde dijiste que trabajabas?

Su voz sonó falsamente casual. Su mirada la escrutaba.
Lilian se tensó. No había muchas propiedades en las inmediaciones. El descubriría rápido su mentira si no tenía cuidado.

-Yo...

-¡Eric!

El fuerte gritó, la salvó de responder justo a tiempo.
El joven gruñó y la soltó con rapidez.

-Quedate aquí. Sino regreso espera unos minutos y vete. Bajo ninguna circunstancia salgas ni me sigas. ¿De acuerdo?

Ella asintió con los ojos agrandados. ¿La estaba protegiendo de los demás?
Le haría caso. Si la hubiese querido matar ya lo hubiese hecho, así que se inclinaba a sentirse más segura con él.

-Debes prometer que no dirás a nadie sobre este lugar, ni mucho menos sobre mí-le urgió él mirandola con seriedad.

Lilian frunció el ceño analizando su petición. No podía prometer eso, porque pensaba denunciarlo, pero él no sabía que ella ya lo había descubierto. Si se lo decía la llevaría con sus secuaces y a saber qué harían con ella. Por lo que no tuvo más remedio que volver a asentir.

-Lo prometo.

Eric pareció aliviado de su rápido consentimiento y la soltó, cuando volvieron a gritar su nombre.
Avanzó hacia la salida después de dedicarle un saludo con la cabeza.

Conquistar a un lord*RETIRADO*Where stories live. Discover now