Torta de chocolate

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ƸɜƷ




Cuando era pequeña, solía tener muchas pesadillas sobre un bosque oscuro con lagos fangosos que manchaban mi vestido azul. Siempre lloraba, pero nunca gritaba. Un día, mi padre escuchó mi llanto.


- ¿Estás bien, North? - me preguntó cariñosamente mientras acariciaba mi frente.


- Papá... ¿Aquí cerca hay un bosque todavía? - pregunté, secándome las lágrimas.


- No, cariño, solo hay un pequeño parque donde viven conejos y liebres - respondió, mirándome con ternura.


- ¿Las liebres y los conejos no son lo mismo, papá? - pregunté mientras me sentaba en la cama para verlo mejor.


- No, amor, no son lo mismo - respondió riéndose y acercándose a mí nuevamente.

Cuando decía cosas como esas con tanta paciencia y cariño, me recordaba a la hermosa primavera que hacía que las hojas de los árboles terminaran en mi balcón.Mi padre me arropó y salió del cuarto. Mi padre era un hombre de negocios muy conocido por ser fiel y honesto con quienes habla y con quienes trabaja. Ese día estaba estresado y enfocado, pero aun así trató de calmarme y sonreírme, aunque sabía que su cabeza estaba a punto del colapso, sabía que, quizás, la concentración que ya tenía en aquel momento había desaparecido por un simple llanto que yo ocultaba todas las noches.


Mi padre siempre me cuidó, siempre me amó tanto como yo a él. Todos hablan maravillas de Arthur File, mi padre. En cambio, mi madre, Helena Wave, siempre fue muy descuidada. Jamás le importó lo que pasaba conmigo o con mi padre; para ella, las tardes de té eran una obligación.Pero... aún recuerdo aquel día cuando recibí a Leende, un hermoso gato negro con ojos color miel y manchas casi doradas. Era un gato único en su clase, un gato que alegró mis días y noches.


¿Papá? - pregunté con un tono triste y con Leende en brazos.


- Sí, cariño? - respondió, dándose la vuelta y mirándome.


- ¿Te vas de viaje otra vez?


- Sí, quizás... no vuelva en mucho tiempo - dijo sonriendo y acercándose a mí.


- Vale, papá - dije dándole un beso en la mejilla.


Él siempre iba de viajes de trabajo que solían durar entre 2 o 3 meses para que el volviera, y eso para mí ya era mucho tiempo. Por lo que en mi cabeza calculé entre 3 o 4 meses como máximo... pero fue un error.


Pronto, un señor cuya apariencia era ordinaria me saludó con gran educación, pero algo estaba mal en él y mal en todo lo que pasaba alrededor. Algunas veces me paraba frente a la puerta principal para esperar a mi padre, pero él nunca llegó. Leende trató de darme consuelo, pero las lágrimas nocturnas causadas por pesadillas fueron reemplazadas por lágrimas de tristeza al saber que él nunca volvería.

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⏰ Last updated: May 05 ⏰

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La fiesta del jardinWhere stories live. Discover now