Ayumi, sintiéndose a gusto con la nueva dinámica, sonrió y se dirigió a Kai.

—¿Te importaría, Kai?

El lince asintió con un suave maullido, indicando su aprobación. Elysia se inclinó para tomar a Kai con cuidado, acariciando su suave pelaje con delicadeza. La conexión entre la princesa y el lince se volvía evidente a medida que Elysia compartía sus pensamientos.

—Es realmente asombroso, Ayumi. Kai es una criatura maravillosa. —Elysia deslizaba sus dedos suavemente sobre el lomo de Kai, quien cerraba los ojos, disfrutando del gesto cariñoso—. Nunca he experimentado una conexión tan profunda con un animal.

Ayumi observaba la interacción con una sonrisa. La ternura que Elysia demostraba hacia Kai generaba una sensación de calma y confianza. En esos momentos, la princesa parecía alejarse de la etiqueta real para mostrar su lado más auténtico.

—¿Cómo llegaste a tener a Kai como compañero? —preguntó Elysia, manteniendo su tono amable y curioso.

Ayumi compartió la historia de cómo encontró a Kai durante una de sus misiones y cómo decidieron unir sus destinos. La princesa escuchaba con interés, nutriendo la conexión entre ellas a través de sus historias compartidas.

A medida que el carruaje avanzaba y la relación entre Ayumi y Elysia se profundizaba, la sinceridad y la autenticidad se convertían en pilares esenciales de su conexión. La princesa, con sus habilidades únicas, tejía un lazo especial entre ellas, una conexión que iba más allá de la misión que tenían por delante.

El tranquilo trayecto se vio abruptamente interrumpido cuando uno de los guardias de la princesa reveló sus verdaderas intenciones. Con agilidad, desenfundó una daga venenosa y la apuntó al delicado cuello de Elysia. La princesa, intentando resistirse, empleó su poder mental, pero el guardia mostró un collar mágico que anulaba cualquier intento de usar magia en su contra.

La tensión se palpaba en el aire mientras Ayumi, con determinación, evaluaba la situación. Sin perder tiempo, el lince Kai, alertado por la peligrosa atmósfera, gruñó en respuesta. Fue entonces cuando Ayumi, aprovechando su fuerza sobrehumana sin depender de la magia, actuó con rapidez. Agarró al guardia y lo sacó del carruaje, evitando que su daga pudiera dañar a la princesa.

El repentino freno de los carruajes alertó a los criminales que aguardaban al frente. Su plan de secuestrar a la princesa para exigir un rescate se veía amenazado por la inesperada resistencia de Ayumi. La joven aventurera, con la princesa a salvo detrás de ella, se enfrentaba valientemente a los criminales.

—¿Qué piensas que estás haciendo, Ayumi? —gritó uno de los secuaces, visiblemente molesto por la intervención de la joven.

Ayumi mantenía una postura firme, protegiendo a Elysia. En un rápido movimiento, pidió a Kai que revelara su verdadero tamaño. El lince creció de manera espectacular, convirtiéndose en una imponente figura que infundía temor. Los criminales, desconcertados, intentaron huir, pero se encontraron con la resistencia de las compañeras de Ayumi.

Amelia y Elara se unieron al combate con habilidades y armas desplegadas. Matthias, el chico del grupo, también demostró su destreza en el enfrentamiento contra los secuaces. La batalla se desarrollaba en medio de la confusión, pero Ayumi mantenía su atención en proteger a la princesa.

Kai, ahora en su imponente forma, actuaba como un guardián feroz. Con un rugido ensordecedor, logró dispersar a los criminales que intentaban escapar. Amelia y Elara, coordinando sus esfuerzos, neutralizaron a los secuaces restantes. La situación, aunque caótica, se resolvía a favor de Ayumi y su grupo.

Con los criminales derrotados y la princesa a salvo, Ayumi exhaló un suspiro de alivio. Elysia, agradecida y conmovida por la valentía de su escolta, se acercó a Ayumi para expresar su gratitud.

RENACER FUGAZWhere stories live. Discover now