I

7 1 0
                                    

Comentan que existe otra dimensión y su ubicación se halla en uno de los cuatro elementales, el agua, a la cual puedes acceder con algo tan simple como tomar un baño.
Hoy, planeo viajar allí...

Preparo la tina, disminuyo la iluminación de las lámparas, me quito la ropa y me sumerjo en el agua.
¿Qué posibilidad hay de que esta misma noche conozca esa dimensión?
Cierro los ojos y medito, concentrándome en mi respiración, mis latidos y el sentir del agua en mi piel.
Al cabo de 45 minutos estoy lista para internarme en ese universo desconocido.

Cuando estoy a punto de hacerlo... apareces tú.
Maldito seas.

Tu silueta, vista bajo el agua, se desdibuja en la penumbra.

Ahí estás pedazo de imbécil. Hola, por séptima vez en el día. Y, de nuevo, te acompañan los pensamientos y sentimientos que creí haber enterrado muy profundamente en el foso de mi alma.

Confías en alguien, le das tu corazón ¿y qué es lo que hace? Lo destruye de todas las maneras posibles...
¿Tan difícil era que no fueras una mierda de persona y lo cuidaras?

¿Acaso hay un castigo adecuado al crimen de mentir, de manipular de esa manera? ¿De romper un corazón?

Me duele que seas un hijo de puta y aparentes que no. Te disfrazas de mentiras y mantienes intacta una estupenda reputación, construida a base de engaños y condescendencias, la cual seguramente se caiga a pedazos si yo decido abrir mi boca; y te quedarías en la nada, porque ni siquiera tu estúpido ego te acompañaría en una penuria tan grande como esa.

¡Ay, qué lamentable situación!
¿Por qué tienes que aparecer cuando más relajada estoy?

Mi cabeza me da vueltas. No logro determinar por qué mierda aún no te has ido después de tanto tiempo...
Te he llorado, te he escrito, te he superado y sigues aquí. Sigues haciéndote un hueco en todos los espacios de mi vida y apareciendo en cada instante en que dejo mi mente desocupada.

Igual, mi amado, no te creas tan importante. Un par de copas de vino y verás como poco a poco desapareces de mi vista.

¿Sabes cuántos fantasmas he ahuyentado en mi vida? Cientos. ¡Tengo una maestría en esto! "Magíster en ahuyenta-recuerdos"
¿No te parece peculiar? Me acabo de inventar el título, pero sé que sería genial que existiera en verdad. Estaría graduada con honores.

En fin... poco a poco tu sombra se disipa entre copas de vino y humo de cigarros.
¿Ves que fácil era desaparecerte?
Ahora lo difícil es olvidarte...

A merced de lo inefableWhere stories live. Discover now