13."Sabor a menta con fresa"

Start bij het begin
                                    

Sus azules me observan sin parpadear, como si tratara de ver atreves de mi.

Cuando su ceño de frunce y arruga la nariz concentrado en lo que hace o trata de hacer; todo mi enfado desaparece y una risita sale de mi boca.

Es imposible enfadarse con este hombre. Hasta concentrado se ve malditamente adorable.

— Enserio —sonrío— ya no estoy enfadada.

Se separa de mi sonriendo.

— Sabia que mis encantos te harían sonreir.

Ruedo los ojos.

— O me causo gracia verte suplicando perdón —bromeo presionando su pecho con uno de mis dedos.

El pelinegro baja la mirada hacia mi dedo y después vuelve a enfocarme.

Mi plan era separarlo pero conseguí lo contrario.

Para mi, era una simple muestra de afecto. Para el, era una llave que lo autorizaba hacer lo que se diera la regalada gana.

Bajo lentamente mi dedo cuando sube sus dos brazos a la altura de mi cabeza. Me encontraba acorralada.

Cuando mi respiración empezó a agitarse y mis manos picaban por tocarlo, entendí que tenia que salir de allí lo antes posible.

Con un movimiento rapido logre escabullirme por debajo sus piernas.

Talvez me veía ridícula escapando de esa forma pero no era tiempo para avergonzarme.

Gateando llegue hasta el lavado donde me puse de pie y me serví un vaso de agua con las manos temblorosas.

Una carcajada ronca hace que pegue un respingo y me sonroje de pies a cabeza.

— Eso no me la veía venir —tomo el ultimo trago de agua para tranquilizarme— siempre encuentras una manera de sorprenderme —me estremezco cuando susurra lo ultimo cerca de mi oreja.

— Yo no trato de sorprender a nadie — digo mientras dejo mi vaso sobre el lavadero y trato de ocultar lo nerviosa que me pone su cercanía.

— No pasaron mas de dos días y ya extrañaba esa terquedad —lo dice como si hubieran pasado años.

Que no crea que mi espíritu competitivo no hará su gran aparición hoy.

A mi no me gusta perder, solo ganar. Y por lo que veo es algo que compartimos.

Saco mi teléfono y veo la hora.

No va a tardar en aparecer.

Cuando ya se que voy a decir me volteo y lo enfrento.

— Es difícil estar lejos de mi, incluso algunos no lo soportan y vienen hasta acá solo para escuchar mi buen sentido del humor —sonrío de lado.

— A si?...—se acerca mas a mi— como quien?.

Y como si el universo estuviera de mi lado, el timbre sonó.

Sonrío.

— Como el —muevo mi cabeza en dirección a la puerta.

Todo el humor que reflejaba Easton en su rostro se esfumó.

Paso por su lado con una sonrisa de victoria.

Competir contra el pelinegro en algún tema, hasta ganar, se ha vuelto uno de mis hobbies favoritos.

El solo ver su cara de derrota me da la energía suficiente para continuar con la montaña de tareas pendientes.

Cuando estaba apunto de abrir la puerta me di cuenta que aun llevaba el bate en mi mano, por lo que me apresure a guardarlo donde se encontraba antes que de lo tomara.

"Rompiendo las normas"Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu