—¿Entonces que es lo qué quieres?

—La Dra. Kang SeulGi, permite que las enfermeras saquen a sus pacientes por un día si la enfermera informa sobre el buen comportamiento del paciente. Quiero un día completo fuera de este maldito lugar, y tú, Bunny, me ayudarás a conseguirlo.

—¿Y piensas exactamente que el que me tengas atrapada y amenazar con hacerme daño es un buen comportamiento?

Se había alejado de mí, permitiéndome algo de espacio, lo que significaba que confiaba lo suficiente en mí de que no saldría de la habitación.

—Bueno, no habrá ninguna amenaza si cooperas. —dijo, acomodándose en el sofá de cuero y cruzando las piernas.

—Prácticamente mordiste a una persona y le arrancaste un pedazo. Todavía está en shock y no ha dicho una palabra. ¿Cómo esperas que coopere y te consiga un día libre afuera después de eso? ¿Y por qué debería confiar en ti?

—¿Vas a cooperar conmigo o no? —ella preguntó.

—Come tu cena —dije y coloqué unas pastillas de colores sobre su mesa con un vaso de agua—, Y después de que termines, debes tomar esto.

—Enfermera Nayeon, ¿cooperarás conmigo o no? —repitió.

—No lo haré. Simplemente no puedo. —dije con firmeza.

De repente, la alegría de Jeongyeon se desvaneció, como si estuviera envuelta en una nube oscura.

Sin otra palabra, tomó las pastillas y las aplastó.

Pensé que era una forma muy inusual de tomarlas.

A continuación, estaba justo delante de mí, me agarró con fuerza por la mandíbula, apretando mis mejillas en una cara de pez.

—Por lo general, no soy lo suficientemente amable como para preguntar dos veces, pero esta vez hice una excepción.

Fue demasiado repentino, ni siquiera tuve tiempo de reaccionar.

Cuando abrí la boca para gritar, ella introdujo el polvo del medicamento en mi boca y, mientras trataba de escupirlo, cerró la boca con fuerza y no me quedó más remedio que tragarla.

Mis ojos se humedecieron cuando lo soltó.

Ella se rió entre dientes. —Bunny, no se suponía que tomaras mi medicación. ¿Qué pasaría si la doctora Jihyo se entera?

Tosí y traté de respirar.

Acababa de tragar la medicación de Jeongyeon.

¡La medicación psicótica de Jeongyeon!

—¡Maldita enferma! —le grité.

—Oh, es mejor que cuides la boca, Bunny —Se rió como una maníaca y se acomodó en su silla giratoria junto a la mesa de estudio, dando vueltas en ella.

Había una sonrisa espeluznante en su rostro.

Salí corriendo de la habitación y la encerré.

El guardia de seguridad me miró de arriba a abajo. —¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

No lo estaba.

Corrí al baño de mujeres en menos de un minuto.

Me metí los dedos en la garganta y tiré toda la medicación que Jeongyeon me había obligado a consumir.

En una situación normal, me habría quejado con Seulgi pero sabía que eso era exactamente lo que Jeongyeon quería.

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⏰ Last updated: Jan 10 ⏰

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