Capítulo 4

158 13 54
                                    

Todas las traducciones, explicaciones, anuncios y encuestas se encuentran al final del capítulo.

Descargo de responsabilidad: Todos los programas / películas / libros / videojuegos / canciones que se mencionen en esta historia son © de sus respectivos propietarios.

_________________________

¿Conociéndose gente?
_________________________

Las noches de insomnio eran una de las cosas que Pedro odiaba con toda el alma. Estar tumbado en la cama, rodeado de oscuridad y ansiedad, dándole vueltas hasta al más mínimo detalle de alguna cosa que le hubiera pasado le ponía muy mal.

No sabía qué hora era y tampoco quería enterarse, porque si ya le parecían eternas esas horas, estaba seguro de que su cordura caería más bajo si se pusiera a contar los minutos que él pasaba sin pegar ojo.

... Solo deseaba dormir. ¿Entonces por qué su cerebro le ponía esas trabas?

Se giró sobre su hombro izquierdo y quedó mirando fijamente hacia la cortina que apenas se movía por el viento.

No podía despejar nada de nada sus pensamientos.

Todos y cada uno de ellos seguían rondando en él. En Negrete. Ese tipo que se paraba con seguridad, que te miraba directo a la cara y se comportaba de una manera misteriosa que solo se estaba acostumbrada a leer en libros de ficción.

Lo conocía prácticamente desde hace dos días, y sin embargo, Pedro creía que se había vuelto el ser en el que más pensó de todo el mundo. Porque en serio el azabache no conseguía estar ni un segundo sin que Negrete allanara su mente como si se creyera el dueño y señor de ahí, que se paseara e hiciera estragos a su antojo.

Su mala suerte lo había llevado a encontrarse con él, y ahora, aunque pretendiera salirse de ese problemón andante, ya no podía. Tenía la certeza de que estaba más metido en el hoyo que cualquier persona que respirara en ese pueblo y kilómetros a la redonda.

¡Felicitaciones, Pedro! ¡Te conseguiste una crisis existencial!

Refunfuñó contra la almohada y se cubrió los ojos con el antebrazo. En esos momentos no creía que estuviera siendo coherente con lo que creía, pues no hallaba con cuál idea irse, si la de que Negrete era el Coyote o un simple tipo que viajaba.

Fue tan frustrante porque las señales estaban ahí, tan claras que hasta el agua se sentiría avergonzada a un lado, pero el comportamiento de ese señor no cuadraba. De lo harto que se sentía, quería seriamente echar todo al traste.

¿Qué más daba si fuera o no ese criminal? ¿Qué le importaba?

Y luego los pensamientos angustiantes lo volvían a golpear igual que un tren de carga.

Quitó el brazo de su cara para ponerse amabas manos y soltar una queja ahogada que resonó en la habitación. Sentía una responsabilidad asfixiante por conocer una posible pista sobre el Coyote y al mismo tiempo la cobardía lo apachurraba porque tenía miedo de que en cualquier momento le metieran un plomazo.

Respiró hondo y se reincorporó en el colchón con la necesidad de querer caminar o hacer otra cosa que no fuera quedarse acostado en la cama con unas mantas que le comenzaban a dar picazón.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 04 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Te traigo en la mira | Pedro Infante y Jorge NegreteWhere stories live. Discover now