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Llegaba tarde, aunque para ser sincera me pasaba a menudo. Hoy empezaba el campus de composición, me iba a ir cinco días a una casa con diferentes productores, artistas y compositores. Estaba bastante nerviosa, nunca sabes con quien te puedes encontrar o si te vas a entender con la gente con la que vas.

Guarde las maletas en el maletero y me subí al coche, puse la ubicación que me había mandado mi representante y arranque el coche. Por el camino fui escuchando distintas maquetas que tenía grabadas en el móvil, cuando me entro la llamada de mi representante.

-            Dime Carla- le digo contestando al teléfono.

-            ¿Has salido ya?- me pregunta preocupada.

-            Sí, he salido hace cinco minutos.

-            ¿Podrías desviarte e ir a buscar a alguien?

-            ¿A quien tengo que ir a buscar?- le pregunto curiosa.

-            Ha habido una baja de ultima hora en el campus y hemos decidido llevar a Violeta- me explica haciendo que me salga una sonrisa en la cara- ¿Puedes ir tu a buscarla?

-            ¡Por supuesto!- le digo contenta- Voy a por ella.

En cuanto colgué a Carla, llame a Violeta para decirle que en cinco minutos estaría en la puerta de su piso, que se preparara.

Había sido un alivio saber que Violeta venia también al campus, porque ahora estaba mucho más tranquila. Violeta y yo nos conocimos hace dos años, cuando ambas empezábamos en este mundo, éramos las más pequeñas de la compañía cuando empezamos, teníamos 20 años. Nuestra conexión fue inmediata, éramos nuevas en Madrid y ambas veníamos de Granada, lo cual hizo también que nuestro lazo se afianzara más. Y a partir de ese momento Violeta se convirtió en mi mayor apoyo tanto profesional como personalmente, era como mi hermana.

Cuando llegue a su puerta estaba esperándome con una maleta y una sonrisa de oreja a oreja, guardo la maleta en el maletero y se sentó de copiloto dándome un beso en la mejilla.

-            Menos mal que has sido tú- me dice riéndose.

-            Suerte que acababa de salir, si no, no sé qué hubiera pasado.

-            Son las nueve sobre las cuatro llegaremos, haciendo parada para comer y todo.

-            Sí, ya había calculado para llegar sobre esa hora- le dije con una sonrisa- Ya avisé a Carla para que lo supieran.

-            ¿Nerviosa?

-            Un poco, la verdad. Nunca sabes con lo que te vas a encontrar- le respondo- ¿Y tú, nervios?

-            Si, como tú. Pero bueno saber que voy a estar contigo me relaja muchísimo.

-            Van a ser unos días estupendos, a parte vamos a Cádiz, uno de los sitios más bonitos y que considero que inspira solo.

Seguimos hablando sobre como iban nuestros nuevos trabajos y le enseñe alguna de las maquetas que tenía, y ella hizo lo mismo conmigo. Llegamos al acuerdo de que al acabar el campus nos iríamos un par de días a Granada a ver a nuestras familias y luego volveríamos a Madrid, ya que teníamos justo los dos días libres.

Llamamos a Carla para preguntarle si le parecía bien y nos dio a ambas el visto bueno. Carla era la representante de ambas, y no podíamos estar más contentas con ella, siempre miraba por nuestro bien y entendía que nuestra palabra siempre era la última.

Llevábamos tres horas ya de camino y Violeta decidió cambiar para conducir ella lo que nos quedaba de viaje, sobre la una nos paramos a comer y al acabar continuamos el camino, la ubicación me había mandado Carla era dirección a Chiclana de la Frontera.

FortalezaWhere stories live. Discover now