Fueron cinco minutos que Kano pasó intentando soltarse del agarre de Izuku desesperadamente mientras que reía de manera salvaje y pedía a los espectadores que sancionaran un movimiento "trampa", sin embargo la mayoría de sus hermanos le veían con caras de risa contenida y los adultos ni siquiera se molestaban en intentar contener sus sonoras carcajadas. Eventualmente, la pelea terminó cuando Kano gritó su rendición fuerte y claro e Izuku lo soltó para que corriera a su habitación a "entrenar", aunque en realidad, este simplemente estaba molesto con su padre por derrotarlo de manera tan aplastante, aún así, jamás admitiría en voz alta que era un resultado que ya se esperaba

Problemas con Ratas

Últimamente estaban sucediendo cosas extrañas en la casa, desde pequeñas cantidades de comida que desaparecían de la noche a la mañana hasta algo tan extraño como un camino de marcas de dos pares de patas diminutas que iban de la cocina al sótano, incluso había pasado algo tan extraño como Shasen jurando haber visto algo moverse durante la noche gracias a que sus ojos eran decorativos y en realidad podía ver a través de toda su piel. Durante un tiempo todos estuvieron dispuestos a dejar pasar estos acontecimientos espeluznantes, pero después de que Inko encontrara una diminuta estructura que podía considerarse como una fogata hecha de mondadientes, todos empezaron la búsqueda por lo que fuera que hubiera en la casa 

Para desgracia de todos, nadie era capaz de encontrar ni siquiera el más mínimo rastro de los habitantes extra de la casa y ni las trampas contra ratones eran efectivas, pues en la mañana simplemente se las encontraban completamente inutilizadas con algún utensilio de cocina e incluso con pedazos de comida, siendo esta la única pista de que las "ratas" habían pasado por donde la trampa junto con las huellas de patitas que pasaban sobre las mismas 

Por cada día que pasaba todo se hacía más sospechoso, hasta el punto en el que Poco juró oler algo durante su siesta de la tarde y Loraine afirmó sentirse observada en el sótano mientras que dormía por las noches, mudándose temporalmente al cuarto de Izuku para dormir al lado de la cama del mismo en su cómodo futón. Gracias a esta mudanza, Izuku descubrió una cosa, Loraine era extremadamente ruidosa e incapaz de dormir sin protagonizar un monólogo digno del mejor teatro de Broadway, pasando dos noches sin poder dormir en lo absoluto a causa de la hiperactividad nocturna de la chica de cabellos castaños

Izuku : *Con los ojos completamente rojos mientras llevaba su sábana al cuello* Con esta van tres noches.........*Un sonido de patitas se escucha cerca de su cuarto* ( Por fin!, es mi oportunidad de atrapar a ese par de ratas y recuperar mi paz nocturna! ) Buaaaaaaa~, creo que las trampas para ratones por fin funcionaron, una bendición que no encontraran el pote de galletas que guardo en el cajón encima del lavabo de la cocina *Dijo este fingiendo idiotez y cansancio, escuchando rápidamente como el sonido de patitas era audible de nuevo, por lo que rápidamente salió de su cama y usando sus botas se dirigió a la cocina de la manera más silenciosa pero veloz posible*

Al llegar a la sala de estar, Izuku adoptó una posición a cuatro patas similar a la de un primate y empezó a moverse lentamente en dirección al cajón mencionado anteriormente mientras que escuchaba como este era lentamente abierto, casi saltando del susto cuando el pote de galletas fue lanzado al piso para abrirlo. Para cuando Izuku logró llegar hasta detrás de la isla de la cocina, este vió como el pote metálico se movía de un lado a otro como si estuviera poseído por un fantasma u otro ser sobrenatural, avanzando lentamente mientras contenía la respiración y acercaba sus manos tanto al envase como a la tapa del mismo 

En un estallido de velocidad, el pecoso saltó hacia el recipiente que yacía abierto en el suelo lo y cerró lo más fuerte que podía sin aplastarlo por completo, alzándose totalmente victorioso teniendo su ego un poco alzado gracias a esta pequeña victoria. Inmediatamente después de cerrar el pote de galleta, un par golpecitos empezaron a escucharse desde el interior del recipiente metálico, algo que le interesó a el pecoso, pues ni de chiste una rata normal sería capaz de eso

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