La morena relajó el gesto y sonrió un poco, conmovida por la preocupación de la andaluza. Sabía que su novia estaba permanentemente pendiente de que ella estuviese cómoda en todo el proceso y sabía también que si en algún momento ella le decía que no quería seguir, lo pararían todo de inmediato.

Extendió la mano hasta la cintura de la granadina y la acarició por debajo de la sudadera, devolviéndole el contacto físico.

- Está siendo... Diferente a lo que esperaba, la verdad. - Violeta se tensó al momento, deteniendo las caricias y prestándole toda su atención. Chiara amplió la sonrisa. - Pero estoy bien, me estás ayudando muchísimo y no me arrepiento de nada.

La expresión de Violeta se destensó un poco, pero la balear notaba que aun no estaba convencida del todo. La mayor tragó saliva y volvió a preguntar.

- ¿Me prometes que si en algún momento estás incómoda o quieres parar o cambiar algo, me lo vas a decir? ¿Porfi?

Parecía una niña pequeña haciéndole prometer a sus padres que adoptarían un cachorrito por Navidad y a Chiara se le derritió el corazón. Violeta tenía fama de fría y calculadora entre alguna gente, pero en el fondo era una persona vulnerable y, sobre todo, súper adorable. La inglesa sentía la persona más afortunada del mundo por poder vivir esa faceta de la ex periodista en primera persona cada día.

- Te lo prometo, Vivi. - Afirmó en un tono suave pero seguro, tratando de eliminar todas las dudas de la cabeza de su novia. - Te lo juro por Stevie Nicks.

La pelirroja soltó una carcajada sincera y, por primera vez en toda la tarde, volvió a sentir confianza en lo que estaban haciendo.

- Wow, si que vas en serio. - Bromeó entre risas, contagiando a la balear.

- ¿Contigo? Always. - Replicó la otra, guiñándole un ojo y ruborizándola un poco. - Pero, ahora en serio de verdad... - Añadió Chiara. - Sé que hoy me he agobiado y que tengo momentos difíciles, pero estoy disfrutando mucho y me está encantando vivir esta experiencia a tu lado. No lo cambiaría por nada del mundo.

Violeta se mordió el labio para contener la sonrisa que amenazaba con inundarle la cara, pero fracasó. No podía evitarlo, por mucho que quisiera: cuando estaba con Chiara, sonreír era su estado natural.

Se rieron juntas y se abrazaron fuerte, liberadas después de la conversación.

- Gracias por el sándwich, el yogur y la paciencia que tienes conmigo cada día. - Susurró Chiara en su oído mientras la estrujaba entre sus brazos.

- ¿Contigo? Always. - Respondió la pelirroja, copiando la frase anterior y provocando otra carcajada en la balear.

Se quedaron un rato así, abrazadas sin decir nada, con la cara de Violeta encajada en el cuello de Chiara y la respiración de Chiara golpeando directamente contra la oreja de Violeta.

En un momento determinado, el ambiente cambió. De pronto, estaban cerca pero no era suficiente. La granadina se estaba volviendo loca con cada exhalación de la balear y ésta notaba un escalofrío cada vez que los labios de su novia le rozaban la piel al respirar.

Violeta dio el primer paso, tentando el terreno. Dejó un beso ligerísimo en el cuello de la británica, apenas un contacto leve, pero la descarga de electricidad que notó en el cuerpo de su novia le dijo todo lo que necesitaba saber en ese momento.

El primer contacto ligero dio paso a un beso de verdad, provocando que la morena gimiese en su oído al cogerla por sorpresa. A la pelirroja se le erizó la piel de arriba a abajo y volvió a besarla, con más ganas, con más pasión. Chiara giró la cabeza y se apartó el pelo, en un gesto que le dio a Violeta todo el espacio que necesitaba para intensificar sus esfuerzos y ampliar su radio de acción.

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