🪷 Capítulo 17 🪷

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Dado que las doncellas vieron a Agnes cubierta de sangre, naturalmente imaginarían que Kaylo la salvó.

—Kaylo Gray, ¿ese hombre? ¿No intentó poner en peligro a la Princesa?

—¡No puede confiar en él!

Sin embargo, la expectativa fue la contraria.

Agnes se dio cuenta de que la reputación de Kaylo era tan mala como la suya.

Los Caballeros Negros eran más conocidos por sus accidentes que por sus éxitos durante la guerra. La imagen del líder, Kaylo, no podía ser buena.

Por si fuera poco, Kaylo no era del tipo que apareciera en reuniones sociales, y cuando se encontraba con muchos jóvenes, generalmente los ignoraba con una mirada aterradora en lugar de saludarlos cortésmente. Además, su estatus era de... Hijo bastardo de un noble de la corte sin patrimonio.

Era apuesto, pero no era del interés de las señoritas debido a su apariencia sombría y brusca.

La mayor parte de la atención de las damas se dirigía hacia Raymond Spencer, el héroe del Imperio.

—Estaba un poco equivocada sobre Sir Gray, ya saben. Es un hombre bastante razonable —dijo Agnes, mordiéndose el labio inferior sin darse cuenta—. Y es cierto que me salvó.

—¿De verdad? ¡Pero escuché que llegó con Sir Spencer!

Agnes bajó las comisuras de los ojos como si hubiera estado esperando y luego parpadeó un par de veces para que se asomaran unas cuantas lágrimas.

—Por favor, desde ahora no hablen de Sir Spencer en mi presencia.

—¿Qué?

La Princesa Agnes era verdaderamente un loro cuando la conversación se trataba de Raymond.

Como un loro que imita el habla humana, cada vez que abría la boca empezaba a hablar sobre Raymond, pero, ¿ahora está diciendo que no hablen sobre él?

Emma y Chloe inmediatamente se dieron cuenta de que algo había ocurrido.

—¿Qué pasó?

—Cuéntenos, Princesa.

Las dos doncellas instaron a Agnes con el corazón acelerado.

Emma y Chloe disfrutaban de todo el estatus y las comodidades como doncellas de Agnes, pero también les gustaba y la odiaban. Por eso, cuando se encontraban con otras damas en los círculos sociales, hacían alarde sutil de su autoridad y al mismo tiempo hablaban mal de Agnes.

Sin embargo, si otro grupo de damas hablaba mal de Agnes, no podían soportarlo y apelaban a los puntos buenos de la Princesa. Aunque sus sentimientos eran complicados de comprender, eran sinceras tanto cuando la criticaban como cuando la elogiaban.

Además, Emma y Chloe estaban entre las chicas enamoradas de Raymond Spencer, al igual que otras damas jóvenes normales. Le tenían tanto miedo a la princesa Agnes que normalmente ni siquiera abrían la boca.

—No me corresponde a mí contarlo en detalle. Pero soy una persona con un corazón ordinario que se ha lastimado demasiado...

—¿Qué demonios dijo Sir Spencer...? —murmuró Chloe confundida.

—Estoy muy cansada ahora... —dijo Agnes como si estuviera a punto de llorar.

Agnes conocía en detalle a Emma y Chloe. Ambas la amaban y la odiaban, pero en el fondo también sentían lástima por ella.

A diferencia de ellas que crecieron con mucho amor de sus madres, Agnes perdió a su madre cuando era pequeña.

Agnes sacó sus mejores habilidades de actuación y mostró una expresión lastimera.

«Vamos, chicas lindas. Empiecen ya ha correr rumores en los círculos sociales.»

Desde siempre, la mejor manera de iniciar una investigación política era disfrazarse de víctima.

Ambas doncellas quedaron desconcertadas al ver a Agnes así por primera vez.

Chloe y Emma recitaban un hechizo de calma cada vez que los caprichos de Agnes las hacían enfadar.


«Sí, la Princesa creció sin recibir el amor de su madre. Pobrecita, lo soportaré todo.»


De hecho, Agnes perdió a su madre cuando era muy pequeña, y luego a su niñera, a quien apreciaba mucho.

En sus casas Chloe y Emma seguían teniendo una madre que no solo estaba viva y bien, sino que además recibían mucho amor de sus amables niñeras.

Cuando estaban en el Palacio Imperial, eran doncellas a disposición de la Princesa, pero en casa eran preciosas jóvenes mimadas y queridas por sus madres.

Externamente, la Princesa Agnes era una princesa noble favorecida por el Emperador... De hecho, ni siquiera veía a menudo el rostro de su padre.

Chloe y Emma sabían esto mejor que nadie porque miraban todo lo que sucedía internamente, y no desde el exterior.

Agnes a menudo parecía lamentable y solitaria a los ojos de Emma y Chloe. En cierto modo, las únicas personas en las que podía confiar era en sus doncellas. Por esta razón, les ofrecía muchas comodidades y beneficios.

Vestidos y joyas costosas confeccionadas por los mejores y más hábiles artesanos del Imperio... El derecho a sentarse junto a la Princesa, que es la persona más honorable, en cualquier evento social.

Además, había enormes beneficios para la familia...

En un Palacio Imperial sin emperatriz, la mujer más preciada era la Princesa. Por eso, Agnes estaba en la posición más alta de cada evento social.

No todo el mundo tenía derecho a disfrutar de esos beneficios.

Tras servir durante muchos años como doncellas, Emma y Chloe llegaron a amar, odiar y compadecerse de Agnes al mismo tiempo. Sin embargo, ella nunca mostró debilidad frente a sus doncellas.

Siempre hablaba de forma hegemónica, utilizando únicamente la saña y las órdenes, y hablaba mal de los demás.

Nunca se había mostrado tan débil como ahora, así que Emma y Chloe estaban sorprendidas.

«Cuántas cosas malas ha dicho Sir Spencer sobre la Princesa...»

Hasta ahora, todos sabían que Raymond Spencer había rechazado fríamente el cortejo de la Princesa. Sin embargo, ella nunca se rindió como si tuviera un espíritu de acero.

Pero ahora, cualquiera podía ver que la Princesa parecía un cordero herido.

Emma y Chloe vieron por primera vez que Agnes no solo tenía una expresión lamentable, sino que sus ojos estaban llenos de lágrimas y no de ira.

Por supuesto, los corazones de ambas doncellas empezaron a llenarse de pesar.


La Princesa otaku trabaja duro hoyWhere stories live. Discover now