1/。Aretes/

208 13 5
                                    

Estando acostada sobre mi cómoda cama, abrazando a mi oso panda que me había regalado mis padres en mi cumpleaños número 15. Toque mis labios y recordé la sensación de los labios de Satoru, sin duda el besa bastante bien.

– Quiero volver a verlo....— me dije, abrazando con más fuerza el oso.

Es mejor que no, solo fue una aventura de una sola noche y que no se repetirá de nuevo. Ya era casi alrededor de las 10 de la mañana, es momento de que me levanté. Baje por las escaleras, con algo de dificultad y aún me dolía la cadera, un olor delicioso a panqueques que provenía en la cocina.

– Buenos dias, T/n — me saludo y poniendo el plato de panqueques sobre la mesa.

– Buenos días — bostece, mientras me sentaba y entonces sentí un dolor en mi trasero al sentarme.

– ¿Que tal te fue? — me preguntó, dando un sorbo a su café.

– Lo mismo de siempre, estuvo aburrido.

– ¿Segura? — me miro con picardía y esperando que diga otro tipo de respuesta.

– Si, aunque ya no volveré a hacerlo — dije mientras desayunaba.

– Ehh... Pero yo no quiero asistir, además les gusta cuando va Mao-chan, dicen que es muy linda y simpática.

– Solo estoy poco tiempo y no suelo hablar mucho.

– Pero te pago muy bien y además estoy que hay otra razón.

– No es así, Reiko.

Tengo una buena relación con mi hermana,   nos llevamos bien pero desde que tiene novio, a cambiado un poco. En todo el día no salí de casa y me dediqué a solo hacer toda la tarea que me habían dejado, el fin de semana paso muy rápido y regresando la escuela.

T/n-san...— me abrazo de repente una de mis amigas.

– Buenos días, Río.

Suelo caminar con ella cada mañana hacia la escuela y es cómodo hablar, somos amigas desde la primaria. Me miro fijamente, observando detenidamente mis orejas.

– ¿Sucede algo?

– Tu otro arete...no está.

– ¿Es enserio? — toque mi oreja, si la del lado derecho; no está mi otro arete.

No es la primera vez que se cae, puede que esté en mi casa o es lo que quiero creer.

– No te habías dado cuenta — dijo Río.

– No, estuve todo el fin de semana con mi cabello suelto y no suelo quitarlos — dije mientras toco mi oreja — ni cuando me hice una coleta, no me di cuenta.

– Bueno luces bien con un solo arete — dijo mientras dejábamos nuestros zapatos en el casillero.

– Pero para mí es una reliquia, nunca había estado sin otro de mis aretes.

Pase toda la mañana tratando de recordar en dónde se me habría caído, me sentía bastante distraída sin mi otro, era como otra parte de mi misma.

– Ya iré a casa — me dijo Río, guardando sus cosas.

– Si, yo aún debo quedarme a ayudar a limpiar el salón — dije, mientras hacía un puchero por la limpieza.

– Está bien, me envías un mensaje si lo encuentras — me abrazo y se fue.

– Shima–chan, podrías ir a traer otro trapeador — dijo una de mis compañeras, subiendo las sillas sobre las mesas.

– Si, claro.

Amor a primer encuentro  (Satoru Gojo)Onde histórias criam vida. Descubra agora