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—Mi mamá me llamó.—Comentó Mick, mostrándole el teléfono a Ilsé mientras se sentaba a su lado en el sofá.
—¿Qué te dijo?—Pregunto la chica mientras abrazaba a Mick por el costado.
—Celebraremos Navidad en la casa de mis padres y Año Nuevo en la de Seb y Hanna.
Ilsé frunció el ceño, mordiéndose el labio inferior mientras pensaba si decirle a Mick o no.
—Tienes cara de duda.
—No tengo ninguna cara.
—Conozco tus caras, Ilsé.—Mick rodó los ojos.—Por ejemplo cuando algo te molesta; frunces el ceño pero de forma tierna. Y cuando algo te molesta mucho haces eso y un puchero.
La rubia miró con una ceja alzada a Mick; ni ella tenía claras las caras que hacía en algunas situaciones.
—¿Como?
—Solo te prestó mucha atención.—Mick se encogió de hombros con una sonrisa ganadora.—Ahora me dirás en qué piensas?
Ilsé jugueteó con sus dedos para después soltar un suspiro.
—Nunca he celebrado Navidad.
—¿Qué?—La voz de Mick estaba cargada de sorpresa; analizando la cara de Ilsé para encontrar un deje de broma que no estaba ahí.
La chica se encogió de hombros mientras pasaba una mano por su cabello.—A mi mamá no le gustaba celebrar, con la única persona con la que intercambio regalos es con Nath.
Mick dudo sobre lo siguiente qué decir; no quería sonar rudo ni nada por el estilo.
—¿Ni cuándo eras pequeña?
Ilsé negó.—Me enteré que la Navidad existía cuando entré a la escuela.
El alemán se congeló en su asiento, no podía creer las palabras de Ilsé. Le resultaba imposible creer que su madre no le hubiese entregado algún regalo cuando pequeña.
Por más que a Marie no le gustara celebrar, algo tendría que haber hecho para ver feliz a su hija, ¿O no?
Aunque si lo pensaba bien, probablemente Marie no tenía los mismos tipos de pensamientos que él.
—Entonces.—Mick dudo.—¿Nunca has hecho galletas de jengibre o jugado al amigo secreto?
—Que no, Mick.—Ilsé río.—Lo más navideño que he hecho es escuchar la canción de Taylor Swift de navidad.
Mick no podía creerlo.
—Oh no.—Mick sacó su teléfono de su bolsillo con cara seria.—Eso tiene que cambiar.
