¿Wuf Wuf?

123 21 11
                                    

Y ahí va Minji otra vez.

Está triste. Últimamente, siempre lo está. Y sé que no puedes verla, por eso, voy a contarte cuanto veo, cuanto siento, cuanto siente ella... Y perdón si es duro, perdón si duele.

Pero ahí va ella.

Hoy, hace una semana que tiñó su cabello de un bonito tono rosa: su color favorito.

Minji sonreía cuando salió del salón de belleza, olía a bálsamo de jengibre y vainilla, su cabello ondeaba con la brisa y sus ojitos brillaban con cierta chispa de esperanza. Sé que se sintió bonita cuando llegó a casa y se miró en el espejo del baño, se veía hermosa. Lo supe porque sonreía, sonreía, pero no como le sonríe a todo el mundo, lo hacía de forma sincera, brillante, auténtica...

No.

Si te lo preguntaste la respuesta es no. No la veo cuando está en el baño, tampoco en su intimidad. No soy una maldita enferma ni una pervertida, estoy maldita, eso es todo. En realidad, todas lo estamos, pero Minji...

Ahí va Minji.

En la acera evita cualquier roce, cualquier mirada, en su rostro ya no queda ni el más mínimo rastro de esa bella sonrisa de la semana anterior. Minji camina a casa con los hombros caídos y la mirada perdida, vacía; su cabello rosa ahora está escondido debajo de una gorra de baseball y la música en sus audífonos está tan, pero tan alta que ni siquiera oyó el bocinazo del coche que acaba de quemar neumáticos para evitar atropellarla. El conductor grita, la gente voltea, ella camina.

Minji no miró a ambos lados antes de cruzar.

Minji dejó de hacerlo hace tres días.

Minji busca que todo acabe, sin embargo, eso no quiere decir que no tema hacerlo por su cuenta. Tiene miedo. Tiene dudas.

Minji se siente cobarde.

Y es que en el fondo aún quiere tener un poco de fe, un poco de esperanza.

Minji sufre. Nadie lo nota.

Minji es buena fingiendo.

Llegó a casa pasadas las seis de la tarde, abrió la puerta y adentro solo encontró más silencio...

¿Su familia? Ellos son buena gente, se preocupan por preguntar cómo se siente día a día y se preocupan también por surtirla de cuanto pudieran. Pero a pesar de no llevarse mal tampoco son cercanos. Son personas frías y Minji tiene un corazón enorme, cálido y sensible.

Minji dejó su mochila a un lado de la puerta. Se quedó de pie mirando el celular y tecleó: tal vez mañana.

Sus amigos estaban invitándola a beber una cerveza y pasear un rato por el parque de la misma forma en que la invitaron ayer, ella les dijo que tal vez mañana, igual que ayer. Mañana les diría que tal vez mañana, justo como hoy...

Si, ella también tiene amigos.

Son buenos amigos. La quieren de forma sincera y se preocupan por ella, pero Minji no se considera amiga de ninguno, para ella no son más que compañeros, personas con las que comparte una clase o dos.

Minji conectó su celular a la corriente y se sentó junto a la ventana de la sala como cada tarde. Una lágrima rodó por su mejilla como cada tarde, ella la dejó caer como cada tarde. El vacío comenzó a oprimirle el pecho como cada tarde, la amargura comenzó a sofocarla como cada tarde...

Quisiera poder sentarme a su lado y tomar su mano, dejarla llorar en mi hombro y decirle que todo estará bien, justo como ella hizo conmigo aquella vez. Pero ella y yo aún no nos conocemos aquí. Estoy condenada a observarla, así como ella está condenada a buscarnos. Suele encontrarnos siempre, pero en esta realidad ella...

Clover (JiYoo One-shot #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora