Parte ¿única?

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La habitación de Satoru solía ser un caos la mayoría del tiempo, Suguru agradecía que por esa vez se viera lo más organizada posible, teniendo en cuenta que su compañero estaba en entrenamiento y no terminaría hasta la tarde entro sigilosamente. Su amigo, su único y mejor amigo había robado una camisa preciada y estaba dispuesto a recuperarla, hasta había hecho uno de sus trucos para ocultar su propia energía maldita.

Fatigado empezó a revisar todo el guarda ropas del chico de ojos azules, por Dios tenía tanta ropa de diferentes diseñadores y Suguru estaba convencido de que jamás lo había visto con ellas más que esas sedosas camisas blancas y la de su propio uniforme del colegio de Jujutsu.

—Joder, ¿Por qué si tiene tantas ropas geniales tuvo que robar la mía?

Reviso minuciosamente todo y no encontró absolutamente nada, pero si le extraño encontrarse una que otra prenda propia, como estas no le importaban no las había echado de menos hasta ahora.

Pero incluso antes de cuestionarse eso, la manija del cuarto empezó a sonar.

—Mierda —maldijo en susurro y sin tener más opción dio un salto hacia dentro del armario.

Lo que paso después fue algo hilarante. Con el corazón latiendo a mil observo por una rendija de las puertas, como su amigo entraba a la habitación.

¿Qué paso con el entrenamiento joder?

Siguió observando cada movimiento de su amigo esperando el momento en que se fuera para salir de ahí.

Pero en medio de sus pensamientos observo como Satoru saco una silla de madera del pequeño escritorio que tenía y la acomodo en medio de la habitación.

—Bien —alcanzo escuchar el susurro de su amigo.

Satoru empezó a desabrocharse los pantalones y acto seguido su ropa interior. El aliento de Suguru se quedo atascado y trago suavemente.

¿QUÉ?

Sin poder quitar su vista de Satoru observo cómo este buscaba entre su mesita de noche un objeto alargado y una botella de líquido rosado.

Satoru tomo asiento en la silla y suavemente roció un poco de líquido entre sus dedos, Suguru sabía lo que venía y aun así no aparto sus ojos del chico pálido de mejillas sonrojadas.

Sus ojos clavados en aquellos dedos enterrados en el pequeño agujero rosado de su amigo eran embriagantes, pequeños quejidos se escuchaban y un suave chapoteo que producían sus dedos húmedos y resbaladizos.

La entre pierna de Suguru empezó a doler, ¿en qué momento se había puesto tan duro?

Se empezó a cuestionar la clase de amigo que era, no debería estar espiando a su amigo en ese momento tan íntimo, debía cerrar los ojos e intentar esperar que su amigo terminara lo que estaba haciendo. Sin embargo, incluso antes de mirar hacia otra parte noto como Satoru se ponía de pie y tomaba la cosa alargada que anteriormente había sacado.

Con una sonrisa desvergonzada Satoru adhirió un dildo en la silla. Después de comprobar que estaba muy bien sujeto se giró en dirección a Suguru, este sintió que su corazón iba a salirse de su pecho.

—No puede ser —susurro asustado.

Pero lo vio ponerse en cuclillas y abrir uno de los cajones del armario, indignado vio como su amigo tenía su camisa preciada (y casi nueva) bajo llave, nunca pensó que Satoru se la llevaría a su nariz y la aspirara con esa cara tan sucia y pecadora.

Satoru se dirigió nuevamente a la silla, retiro la camisa de su uniforme quedándose solamente con una blanca que desde donde estaba se observaba tan sedosa. Los labios de Suguru se hicieron una fina línea y trato de calmar sus respiraciones pesadas cuando observo como Satoru rociaba una gran cantidad de líquido en el dildo y después tomaba una de sus nalgas y las separaba. Se enterró suavemente en el, observo como el culo de Satoru iba desapareciendo el brillante dildo.

—Suguru —el chico de cabellos negros se alteró, pero segundos después entendió que no lo llamaba precisamente porque lo había descubierto.

Fuertes gemidos se empezaron a escuchar, su nombre resonando en aquellas cuatro paredes lo tenía muy mal.

Tenía una vista preciosa de la cara sonrojada de Satoru, su cuerpo saltando sobre ese juguete diciendo su nombre, su preciada camisa fuertemente presionada en la nariz de este. No podía simplemente no lo soportaba. Su mano viajó a su propio miembro y lo froto fuertemente sobre su ropa.

Los ojitos de Satoru estaban llenos de lágrimas, era tan precioso, su labio inferior atrapado en sus labios. Suguru tenía miedo de que se hiciera daño por tan fuerte que estaba brincando.

El chapoteo del juguete entrando y saliendo de su amigo era extremadamente ruidoso.

—Suguruuu~ —con un largo gemido Satoru se corrió tan fuerte que su cuerpo convulsiono un poco.

Suguru estaba convencido de que nunca había visto tan precioso a Satoru, en ese momento el chico de cabellos plateados se había derretido en aquella silla. Con dificultad se puso de pie, se dirigió a su cama y se recostó unos momentos.

Suguru se sentía pegajoso, aunque no se tocó directamente su miembro estaba mojado por liquido pre seminal, quería llegar a su cuarto y ocuparse de sí mismo con más libertad.

Un sonido lo saco de sus pensamientos, el teléfono de Satoru estaba sonando.

— ¿Si? —Satoru respondió, y podía notar en su voz un poco de fastidio—Está bien Shoko, dile al profesor Yaga que en un momento estoy allá, de todos modos ya me siento mejor.

Satoru rápidamente recogió su desastre y antes de salir de su cuarto observo hacia el armario, dio una sonrisa sorna y cerró la puerta tras de sí.

Probablemente Suguru estaba jodido.




Holis, hice este pequeño one shot, la verdad me daba muchas vueltas en la cabeza, aunque creo que tiene madera para una segunda parte. Si es que alguien lee esto ¿quisieran segunda parte? Muchas gracias por leer, nos leemos pronto, ¡bye bye cuídense!  Y viva Gojo Satoru Bottom y Geto Suguru Top. 💗

La habitación de Satoru ||SuguSato || Suguru y Satoru || O.sWhere stories live. Discover now