xlvi. Nuevas estrellas

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-¿En serio?

-¡Lindo!

-Déjeme ver

-Eres tan genial, Mo-tak- dijo Mun con admiración, dándole palmaditas en el hombro antes de rodearle los hombros con los brazos detrás de él -¡Bien hecho!

-Él probablemente también tenga una linda voz' ¡oh, mira!- La Sra. Chu señaló haber leído uno de los comentarios sobre el artículo

Thea volvió la cabeza hacia la puerta de cristal cuando sonó el timbre, haciéndoles saber que alguien había entrado al restaurante aunque sus cejas se alzaron confundida al ver al extraño que había ingresado al lugar

-¿Qué?

-¿Pedimos algo?- Comenzaron a preguntar, notando al hombre con un casco en la cabeza y una bolsa de plástico blanca en las manos aunque jadearon al reconocer cuando el intruso se quitó el casco

-¡Oh, Jin-ho!

-¡Dios mío!- Exclamó la Sra. Chu acercándose al antes mencionado -Puedes ponerlo aquí- Señaló la mesa de madera

-¿Que es todo esto?

-Son perros de maíz- respondió Jin-ho poniendo la bolsa sobre la mesa

-¡Perros de maíz!

-¡Perritos de maíz! Déjame ver

Thea se inclinó más cerca del grupo que estaba apiñado alrededor de la mesa mirando con avidez las cajas de perros de maíz, a Thea se le hizo la boca agua cuando abrieron la caja que contenía los perros de maíz y el delicioso olor llegó a sus fosas nasales. Se apretó el estómago con fuerza, ¿cuánto tiempo llevaba sin comer?

-Aquí tienes- dijo Mun colocando un hot dog frente a ella quien no dudó en arrebatárselo de las manos para poder hundirle los dientes allí mismo como si no hubiera comido en días

-Cuidado, hace calor- Él le advirtió pero ella ya había dado un mordisco, lo que la hizo sisear de dolor al sentir el calor en su lengua

-¡Ouchie!- Thea exclamó tapándose la boca con una mano y frunciendo el ceño de dolor

-Te lo dije- exclamó Mun mirándola divertido antes de pasar su brazo por sus hombros al notar que la expresión de dolor no desaparecía de su rostro

-Dios mío

-Me encantan estos perros de maíz

-Guau

Thea se apoyó en el tacto de su novio, quien sonrió con ternura al verla intentar buscar refugio en sus brazos lo que hizo que su corazón comenzara a latir como loco, ¿cómo es posible que alguien sea tan lindo?

-Están buenos, así que les compré algunos- explicó Jin-ho, colocando sus ojos en cada uno de ellos, quienes estaban comiendo felizmente los hot dogs

-Dios mío

-¿Estás seguro de que no quieres uno?- Jangmul preguntó divertido

-Sí, coman- Jin-ho asintió animándolos a seguir comiendo

-Este queso es para morirse tal vez deberíamos pasar a vender estos- bromeó la Sra. Chu sosteniendo el perro de maíz en la mano

-Ah, claro un patrocinador anónimo donó diez mil millones de wones a una organización ambientalista en Jungjin- comenzó a explicar Jin-ho, yendo directo al grano

-¿En serio?- Jangmul tomó asiento junto a Jin-ho y dejó escapar una tos falsa

-Me pregunto quién donó tanto dinero- preguntó Mo-tak con curiosidad

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