𝑬𝒍 𝒃𝒖𝒆𝒏 𝒔𝒐𝒍𝒅𝒂𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒇𝒖𝒆━━━ JASON TODD

𝗖𝗔𝗣.𝟭

Ella se volvió hacia él, con una mirada comprensiva en su rostro, pero él trató de darle su mejor apariencia relajada y, con una última mirada a los dos intrusos, regresó a su puesto.

Y luego quedaron solo ellos tres. Bueno, ellos tres y otras dos docenas de empleados y contratistas apenas ocultaban su mirada al trío.

— Señor. Head, es un placer conocerte Ha dijo Bruce, esforzándose por sonreír a la audiencia. Jason pudo ver lo forzado que era y a Dick no le estaba yendo mucho mejor.

— Señor. Wayne, señor Grayson — respondió Jason con frialdad, levantándose para ponerse al nivel de los dos. No era tan alto como Bruce, pero sí que Dick y siempre disfrutaba acechando a su predecesor en cada oportunidad — Qué amable de tu parte honrarnos con tu presencia no invitada.

A diferencia de los otros dos, no tenía motivos para fingir que se llevaba bien con ellos. Después de todo, los medios ya estaban señalando que su iniciativa benéfica Head Industries era un ataque directo a los fracasos de Wayne Enterprises a la hora de cumplir sus promesas en el área. Y los tabloides se estaban volviendo locos con la 'acalorada interacción de medianoche' entre Talia Head y Bruce Wayne en Metrópolis de hace unos días.

— ¡Cuando me enteré de que estabas en la ciudad, tuve que venir a darle la bienvenida a un colega filántropo! — Exclamó Bruce proyectando su voz como si estuviera en una de sus galas.

— Bueno, estoy un poco ocupado en este momento, pero eres más que bienvenido a programar esa bienvenida con la encantadora Lisa Schilling en nuestro mostrador de recepción. Ella tiene acceso completo a mi próxima disponibilidad — respondió Jason, en claro rechazo.

Uno de los contratistas que instalaba algunas lámparas comenzó a atragantarse con su sándwich, sorprendido por lo que acababa de escuchar. La gente no se limitó a decirle que no a Bruce Wayne, ni siquiera cortésmente.

— Estoy seguro de que puedes pasar unos momentos — finalmente interrumpió Dick, con una sonrisa entrecortada — ¿Por qué no llevamos esto a un lugar más privado, como tu oficina?

— En realidad, estoy muy ocupado.

— Estoy seguro de que puedes encontrar un minuto — añadió Bruce, poniendo su mano sobre el hombro de Jason.

Jason recordó brevemente sus días de Robin, cuando la mano en su hombro significaba tantas cosas: un consuelo. Una reprimenda. Una orden.

Mentiras.

Apartó esos pensamientos de su mente y se inclinó más cerca de Bruce, para que sólo él y Dick pudieran escuchar lo que decía.

— Vete a la mierda viejo, o haré que mi seguridad te arroje a la calle.

Con eso, le dio a Bruce una palmadita en el hombro, le dedicó una sonrisa superficial a Dick y le hizo un gesto a Lisa — Por favor, ayude al Sr. Wayne y a su pupilo… — una pequeña y mezquina parte de él disfrutó llamándolo pupilo, sabiendo muy bien que Bruce lo había adoptado hace años — … a encontrar un horario que se adapte a mi agenda.

Lisa asintió y con eso, Jason dejó a los dos de pie en su vestíbulo, fallando firmemente su salva inicial en este conflicto.

Fue una victoria agradable y mezquina, pero de corta duración.

Definitivamente voy a pagar por esto más tarde.

…

Sabía que volverían al amparo de la noche. En un mundo perfecto, se refugiaría en algún búnker que Talia seguramente había escondido en la ciudad y viviría para evitarlos otro día.