•|CAPÍTULO 21: HEAVEN.

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Veo como él asiente en el momento exacto que gira un poco para verme.

—¿Estas lista?

Saber que estaremos en una enorme propiedad con más personas de las que podría imaginar no me llena de emoción alguna. No cuando el noventa y nueve por ciento de ellas son consideradas de sangre azul.

—Si, no te preocupes.

—Vale, te esperaré abajo y te haré que te suban algo para que piques un poco—musita él dándose vuelta por completo viniendo en mi dirección.

Ni siquiera me muevo un centímetro ya que me quedo helada notando cada uno de sus movimientos. Desde como se agacha y hace aun lado un mechón de mi cabello a como sonríe y sus labios tocaron los míos.

Joder que no noto sonreir y yo hago acopio de todo mi autocontrol para no darle rienda suelta al beso que Marcus convierte de uno suave a tratar de subir el ritmo.

—Ya vete, bestia—logre susurrar entre el beso.

—Me gusta estar aquí—refuta con cierta diversión.

—Marcus Spencer II...—lo reñí y me tomé el atrevimiento de morder su labio con suavidad.

Tuve que hacerme de oídos sordos ante el gemido que logró salir de sus labios muy bajito, junto con todo el centenar de emociones que eso desencadenó. 

—No juegues con fuego, muñeca.

—¿O que?

—Después no te bastará con una probada.

—¿Y quien te dijo que yo solo quiero una probada?—Insinue siendo más rápida que mi lengua y que mi razonamiento.

Rayos, Adelaine. Quien te oyera te preguntará ¿dónde están tus modales?, aunque eso no me importaba mucho en estos momentos.

Él se alejó mirándome fijamente donde ese color aguamarina brillaba con deseo puro y algo de diversión.

—Te veré abajo—dijo aclarándose la garganta y yo me regocije ante lo que cause en él.

—Claro—solté llena de diversión a lo que Marcus achicó los ojos negando.

Deje salir un largo y pesado suspiro en cuanto salió.

—Maldita sea—maldije ante lo nerviosa que me encontraba.


[.....]


Las personas mayormente dicen que una sonrisa en el rostro no puede hacer la diferencia, que fingir es tener una doble cara al mundo, sin embargo aquí estoy yo. Con una enorme sonrisa que adorna mi rostro y es genuina, como todas las que he puesto el último mes.

He sonreído sin tener que fingirlo, como todo lo que esté dentro de mi dieta, sí, pero si en algún momento tengo un antojo, sé que no me lo negaran. No es que de la noche a la mañana dejara todo lo que me tormenta de lado, es la manera en la que poco a poco las personas a mi alrededor me alientan a hacer las cosas que deseo sin tener que reprimirme.

Primero estás tú antes de complacer a los demás. Fue la frase que me dijo Marcus estando por primera vez en Mónaco. Y de la cual me he aferrado emocionalmente para tener mis metas claras y sueños.

Estoy esforzándome hasta la muerte para ser una de las seleccionadas en ir a París.

—Mi Lady—me llama una de las chicas, lo que hace que salga de mi ensoñación—, hemos terminado.

ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗕𝗢𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Where stories live. Discover now