Capitulo 27: Gentleman

52 5 0
                                    

-¿Ya se te han pasado los vómitos?
Estaba sentado en el sofá con las piernas cruzadas leyendo el libro, seguía impecable, nadie diría que le acabo de hacer una mamada, me senté a una distancia prudente de él, me acurruqué en la esquina con las piernas encogidas, con un aspecto deplorable.
-No soy mala persona, solo espero un poco de atención por tu parte.
Cerró el libro y su mirada se dirigió a mí.
-No te dejé mucho tiempo para leer, pero por lo que dijiste, se ve que conoces la obra.
-Si, Señor.
-¿Te obligaron a leerla en el instituto o algo así?
-No, Señor. Simplemente me gusta leer.
-Es raro en alguien de tu edad.
-No todos los pobres somos analfabetos, antes tenía una vida.
-Veo que me sacas mucho las garras últimamente, así no se comporta una "kajira"
-No nací para ser esclava de un hombre.
-La rebelión cambió muchas cosas, y esta es una de ellas. Háblame de tu vida, de cómo era antes, quiero conocerte más.
-¿Para qué?
-Eres mía, puedo hacer lo que se me antoje contigo, y ahora me gustaría que me hablases de tí.
-Como ordene, su majestad. -(dije con sorna)
-Ese tonito no me gusta.
-Creí que le gustaban rebeldes.
-Quiero tu nombre
-Puta o Zorra para usted.
-Tu nombre "kajira".
-María.
-¿A qué te dedicabas antes?
-¿Antes de toda esta mierda?
-Te voy a tener que lavar la boquita con jabón.
-Ya me la cepilló antes cuando me metió la polla hasta la garganta.
-Que mordaz. -(Ares, arqueó una ceja instándome a que respondiese)
-Estudiaba literatura creativa.
-Por eso conocías "Orgullo y Prejuicio" de Jane Austen.
-Asi es Señor. -(no era una pregunta pero aún así respondí)
-¿Qué más?
-No mucho más, era estudiante, me gusta leer, los animales y mi familia era normal antes de la revolución.
-¿Es que se volvieron retrasados o algo?
-Crueles, se comieron a mi perro.
-Que asco, los pobres y sus comidas raras.
-Me olvidaba de que no sabe lo que es pasar hambre.
-Ahora tú, tampoco lo sabrás. -(me puso una de sus manos cálidas en el muslo, el calor me trepó hasta las mejillas) -Mientras estés conmigo no estarás desatendida, eres la mayor de mis posesiones, quiero que todo el mundo te admire y te mire con envidia cuando te lleve a las reuniones de la alta sociedad enganchada de mi brazo, eres un tesoro que hay que presumir.
(Me quedé mirando un buen rato a su rostro, casi sin respirar)
-Tanto de hablar de comer me dió hambre.
-(Se levantó como si nada y se fue dirección a cocina, como si no me hubiese dicho nada, ¿Dónde está el capullo de esta mañana?)

KajiraTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon