FABRICANTE DE MENTIRAS || OMEGAVERSE [KOOKTAE]

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Mi cuerpo temblaba y sentía cómo la respiración me faltaba haciendo arder mi pecho por la ansiedad, mi rostro y brazos contaban con rastros de arañazos causados por mis propias manos, mientras mis labios temblaban con un rastro de sangre seca debido a la forma tan brusca en la que oprimir mis dientes entre éstos.

¿Cómo terminé así?

En qué momento me había perdido tanto a mí mismo sin importarme cuánto daño me estaba causando...

El frío me calaba los huesos mientras me encontraba parado en el borde del puente del río Han, tratando de buscar una respuesta a todo mi dolor y sufrimiento.

¿De verdad merecía todo esto?

Las preguntas seguían siendo formuladas en mi cabeza, pero las respuestas nunca llegaban... No las sabía... Pero, realmente... ¿Quién las sabía?

Una vocecita en mi cabeza me decía que saltara para terminar con este sufrimiento. Era el camino más sencillo, pero tenía miedo de no tomar la decisión correcta.

¿Morir era la solución a mis problemas?

Tal vez no, pero no sabía dónde más encontraría la paz que tanto anhelaba, el sufrimiento me perseguía a donde quiera que fuese.

Estaba harto, cansado de ver cómo el mundo estaba acabando conmigo.

Salta, Taehyung, y termina con este sufrimiento...

Esa maldita vocecita seguía tentándome y parecía que estaba logrando convencerme, pues comencé a balancear mi cuerpo en pequeños movimientos de adelante hacia atrás.

Las lágrimas volvieron a mi rostro y sentía tanta frustración por la vida que estaba viviendo. Cerré mis ojos con fuerza, dejando que todo lo que había estado ocurriendo esos últimos años en mi vida, me recordara por qué me encontraba esa noche parado justo ahí con la intención de saltar y acabar con mi miserable vida.

Salta...

Vamos, Taehyung...

Acaba con este sufrimiento...

Salta...

¡Taehyung, salta!

Cerré los ojos dejando que mi cuerpo dejara sus fuerzas, haciendo que todo mi peso se inclinara al frente.

— ¡TAEHYUNG!

Esa voz...

Esa maldita voz, ni siquiera me dejaba morir con tranquilidad.

Podía sentir su calidez en vez de la fría agua del río Han, con pesar abrí los ojos encontrándome con los suyos...

Esos ojos oscuros y penetrantes...

Esos ojos tan mentirosos...

Eran los ojos de un animal herido que trataba de fingir que no pasaba nada.

— ¡¿En qué mierda estabas pensando?! — Se podía escuchar el enojo y la preocupación en su voz.

— Eso no es de tu incumbencia. — Traté de ser indiferente pues no quería que se diera cuenta que, hasta cierto punto, mi corazón estaba latiendo acelerado por su presencia.

— ¿Por qué siempre tienes que actuar de esta forma tan estúpida? — Su tono seguía siendo duro, pero sus palabras me herían cada vez más, como lo habían estado haciendo desde que me enteré de su mentira.

Lo empuje apartándolo de mí, sentía tanto dolor, ira y decepción porque él era un gran culpable de que mi vida fuese de esa forma, pero más culpa tenía yo al soportar todo... Por amarlo después de todo lo que me estaba haciendo.